Michela Murgia ha nacido y reside en Cerdeña, tiene 39 años y La acabadora es su primera novela, con la que demuestra poseer un enorme talento literario. Ha sido galardonada con el Premio Campiello, el de mayor prestigio de Italia con este libro. La acabadora aborda el eterno tema del fin de nuestra existencia desde una perspectiva única: la de una comunidad que, desde tiempos ancestrales, ha sabido enfrentar ese último paso de forma colectiva y desprovista de tabúes y falsos pudores, recreando un universo atávico que, de alguna manera, se mantiene presente hasta nuestros días.

Esta mañana, martes 19 de julio, Michela Murgia, ha presentado en rueda de prensa su novela, en la que ha explicado que el tema principal de la misma es la eutanasia y la relación entre una niña y una anciana que la adopta para demostrar que la maternidad no tiene porque ser consanguíneo. Como fillus de anima, que, como la autora explica, acepta hacerse cargo de ella, con el consentimiento de su madre biológica y sin necesidad de exigir a cambio una ruptura de los lazos de sangre. La relación materno-filial entre la misteriosa Bonaria y la niña María, y más tarde adolescente y adulta, constituye parte del núcleo de la novela. Según Murgia, la novela muestra, del mismo modo, la historia de la anciana que por las noches ayuda a los moribundos a morir, por lo que de nuevo se muestra la maternidad en la que la anciana para la niña es la primera madre y para los moribundos la última.

La acción se sitúa en la década de los cincuenta del siglo pasado en Soreni, un pueblo costero de Cerdeña, sin contaminar por el turismo, donde impera la ignorancia, la gente cree en los maleficios y las supersticiones, y la comunidad se mantiene cohesionada a través de secretos compartidos. En esa atmósfera, Bonaria Urrai, de profesión oficial modista y también, la oficiosa, de acabadora, una mujer madura y con recursos, adopta a María Listru, hija pequeña de una viuda pobre.

Michela Murgia asegura que si la niña hubiera sabido lo que "la acabadora" hacía por las noches la novela sería totalmente distinta. La niña ya de adulta lo descubre, además de las distintas caras de la maternidad. Del mismo modo, Murgia explica que no existe ninguna figura documentada en Cerdeña de persona que ayudara a los moribundos a morir, pero que es una tradición oral, y están totalmente convencidos de que había una figura constitucional que ayudara a otra persona a hacer ese trabajo. Y que la última prueba de ello fue en 1952 cuando una mujer se presentó ante el juez diciendo que ella había ayudado a una persona a morir y la familia del fallecido testificó que fue de muerte natural.

La palabra eutanasia no aparece en ningún momento y es, sin embargo, junto con la muerte, el otro tema fundamental. En Soreni, con lógica pasmosa, se acepta como natural ayudar a morir, de la misma manera que las comadronas ayudan a nacer. Michela asegura que no tiene nada que ver la eutanasia con la figura de la acabadora, ya que en la actualidad la comunidad no está tan unida entre ellos sino que el "yo" es mucho más hipertrófico y el nosotros apenas existe, por lo que hoy en día nadie tiene el derecho de decidir el último momento de la existencia de otra persona.

La acabadora interfiere en el proceso final de la existencia, como la comadrona lo hace al principio, y actúa para poner fin al sufrimiento y al cautiverio que supone una agonía prolongada. El lector de esta intensa novela va comprendiendo, al mismo tiempo que la protagonista María Listru, que la concepción de la acción de acabar y la forma de llevarla a cabo no son atributos de una personalidad monstruosa, y aquí reside la fuerza provocativa del relato.

La prosa directa, sin circunloquios, los personajes descritos con pocas palabras y precisión de escultor, los medidos diálogos, los silencios clamorosos, la atmósfera de comunidad aislada orgullosa de su proceder que valora el hacerse respetar, que se mueve con astucia para compatibilizar la presencia de la religión oficial con el mantenimiento de costumbres ancestrales, algunas, como la de la acabadora, fundamentadas en una moral compasiva y otras irracionales, cimentadas en el miedo a lo desconocido, hacen a esta novela intensa e interesante.

Actualmente se está grabando la película que llevará al cine esta novela, cuyo papel principal de "la acabadora" será protagonizado por la española Ángela Molina. Murgia afirma que no conoce nada más de la película, y que ya verá el resultado final en el cine.

Una lectura que llega, a un país tan desarrollado como el nuestro, en el momento oportuno, cuando se inicia la discusión de una tímida propuesta de ley sobre "la muerte digna" y está por ver si llegará a aprobarse.