La Mar de Músicas vuelve a su ya clásica cita con las músicas llegadas de Brasil, y este año, lo hace con dos viejos conocidos Adriana Calcanhotto y Gilberto Gil. La Calcanhotto, es la voz del pop brasileño actual, y Gilberto Gil ese histórico tropicalista cargado de energía y naturalidad que dejó el ministerio de Cultura de Brasil y ha vuelto a su raíces musicales. Ambos estrenan sus dos nuevos discos en La Mar de Músicas, y será además el único concierto de Adriana Calcanhotto en España. A penas quedan cien entradas. Actúan mañana, 16 de julio, en el Auditorio Parque Torres, 25 Euros, en un noche que cerrarán los napolitanos Almagretta.
Adriana Calcanhotto (Porto Alegre, 1965) es, con permiso de Marisa Monte, la gran voz del pop brasileño actual. En solitario o acompañada esporádicamente por ese trío mutante que es Moreno + Doménico + Kassim, la Calcanhotto se ha subido al escenario de La Mar de Músicas. Viene en esta ocasión a presentar su nuevo trabajo The samba microbe. La Calcanhotto desde hace tiempo ha impuesto en Brasil su singular forma de cantar, con unas composiciones minimalistas, con referencias a las artes plásticas, el cine o la literatura, y versos de poetas como Antonio Cícero o Waly Salomão. Se confiesa atraída por la ideología del punki y John Cage, adora a Joan Brossa, y lo mismo versiona a Madonna -Music- que a Manu Chao -Clandestino-. Calcanhotto es la fuerza tranquila que a todos enamora. En unos días saca al mercado el nuevo disco que vendrá a presentar a Cartagena, y seguro que no defrauda. Calcanhotto es mucha Calcanhotto.
Vuelve el huracán Gilberto Gil a La Mar de Músicas. Cargado de energía y naturalidad, y con la cola de sus rastas casi blancas, viene a Cartagena con su música vibrante y comprometida, para presentar su último disco, Fe en la fiesta. Un trabajo en el que el ex ministro de Cultura de Brasil vuelve a sus raíces, para acercar a un público universal los sonidos más tradicionales del noreste brasileño. Miembro junto a Caetano Veloso, Chico Buarque o Milton Nascimento, de una generación irrepetible de la música brasileña se ha basado para su nuevo trabajo en el forró, género que, al contrario de la samba, pocos conocen fuera de su país natal, y que el cofundador del Tropicalismo quiere difundir. Gil retorna así a sus raíces. Los ritmos del forró, típicos del noreste de Brasil, fueron parte de su infancia en el interior de Bahía, y siempre estuvieron presentes en su multifacética obra musical. Con este disco el que fuera ministro del gobierno de Lula da Silva quiere "llenar Brasil de alegría". Como todo lo compuesto en su larga carrera por el artista bahiano, que hoy milita en las causas ambientalistas, la nueva composición lleva el sello de la excelencia artística y cultural aplicada al concepto de la fiesta, hundiendo sus raíces en lo más profundo y genuino de la música local nordestina.
Vienen de otra orilla del Mediterráneo, de Nápoles, capital de la Italia del sur, de la que los medios apenas hablan por asuntos de Camorra, corrupción y violencia. Pero Napoli –en italiano- o Napule –en napolitano- es la ciudad en la que nació Caruso y tierra pródiga en músicos: desde Renato Carosone o Peppino di Capri hasta la Nuova Compagnia di Canto Popolare –de Eugenio Bennato-, E Zezi -después Spaccanapoli- o Pino Daniele. Con dub, reggae y música tradicional estos napolitanos van a instalarse en el Castillo Árabe. Su nombre significaría 'alma migratoria'