El consejero de Agricultura y Agua, Antonio Cedá, acompañado por el alcalde de Blanca, Rafael Laorden, visitó hoy el cerro de La Navela y El Solán, donde la Consejería acometerá obras de consolidación de sus laderas para evitar nuevos desprendimientos de rocas que puedan afectar a las viviendas aledañas. El proyecto cuenta con un presupuesto de más de 1.630.000 euros cofinanciados con fondos FEDER.
Cerdá destacó que la zona de actuación del mencionado proyecto "viene soportando desde hace años los efectos de los arrastres de materiales, sobre todo en épocas de fuertes tormentas". Ello es debido al contraste entre materiales duros (conglomerados y calcerenitas) de la cima, y los materiales blandos (margas y arcillas) de la ladera, que presenta una fuerte pendiente, con el consiguiente riesgo de caída de rocas.
Este relieve montañoso tiene una longitud de 1.900 metros. La zona occidental que linda con el pueblo, de unos 1.000 metros, añadió el consejero, "es la que presenta mayor riesgo debido a la cercanía de las casas y a la existencia de bloques y rocas desprendidas en el farallón, en condiciones precarias de estabilidad, que pueden provocar nuevos desprendimientos".
Cerdá señaló que las actuaciones realizadas en el pasado, como la repoblación acometida en los años 40, no tuvo éxito en el espacio de la ladera, "ya que los arrastres impidieron que los pinos arraigaran". En 1963 se procedió a la construcción de albarradas y muretes, además de la revegetación de la ladera con pitas y chumberas, que, dijo, "tampoco resolvieron el problema".
Barreras dinámicas
El proyecto que desarrollará la Consejería incluye, entre otros aspectos, la colocación de barreras dinámicas de 445 metros en cuatro tramos y cinco metros de altura, con cinco faldones en los barrancos, así como el saneamiento de bloques sueltos, una vez establecidas las barreras. También se acometerá la restauración vegetal en una superficie de 51.000 metros cuadrados.