La Comunidad Autónoma, a través de la Consejería de Política Social, Mujer e Inmigración, ha apoyado con 426.276 euros la labor social realizada por la asociación 'Traperos de Emaús' durante el bienio 2009-2010 en la Región de Murcia. Ayer, el director general de Pensiones, Valoración y Programas de Inclusión, Juan Castaño, se reunió en sus instalaciones con responsables y trabajadores de este colectivo para conocer sus inquietudes y necesidades.
'Traperos de Emaús' es una organización dedicada a la ayuda de personas en riesgo o situación de exclusión social, vinculada desde hace tiempo a la Administración regional por el importante papel que desempeña en la lucha contra la pobreza y la discriminación social.
En los pasados ejercicios, 2009 y 2010, Política Social, Mujer e Inmigración colaboró con este colectivo en diferentes proyectos, como el denominado 'Integrando', que acaparó la mayor parte de la financiación, 330.731 euros. Su finalidad era realizar itinerarios de inserción sociolaboral, que permitan aumentar las posibilidades de empleo de personas en situación de exclusión social.
Concretamente, en 2009 se contó con 60 personas, que recibieron atención social, formación y orientación laboral e inserción en un puesto de trabajo. Entre las actuaciones figuró la integración de aquellos que se encontraban en situaciones de pobreza persistente, así como la promoción del diálogo y colaboración entre los agentes públicos y privados interesados, como las ONG y las organizaciones de servicios sociales.
Igualmente, se financió un proyecto de equipamiento del anterior (25.300 euros) para adquirir las herramientas precisas para los talleres de carpintería y ebanistería, así como material informático.
Otro de los programas subvencionados fue el de inserción sociolaboral, con 52.141 euros, para apoyar la contratación de personas en situación o riesgo de exclusión social perceptoras de ayudas económicas. Este programa facilitó la contratación de cinco personas, y después de otra más, con los remanentes de cantidades anteriores, y la ampliación del contrato a una más.
También se proporcionaron 18.104 euros para alojamiento alternativo, consistente en una casa de acogida comunitaria y la atención de las necesidades básicas educativas. Se trata de recursos residenciales de distinto tipo, ya que, por un lado, el colectivo ofrece alojamiento a personas con graves signos de exclusión, carentes de medios de subsistencia y, además, se favorece la intervención con ellos. Y por otro, el piso puente se caracteriza por ser un recurso de alojamiento pensado como transitorio y preparatorio para que estas personas puedan afrontar de manera independiente su vida, una vez que se haya desarrollado con ellas un proceso de acompañamiento social y laboral intenso.
Asimismo, la intervención con estas personas propicia que alcancen unos mínimos, tanto personales como formativos, para lograr resultados de inserción afectivos. Con dicha intervención se trabajan las habilidades sociales básicas, domésticas (administración económica) y autocuidado (talleres de salud y alimentación), y se fomenta un ocio participativo y variado, con relaciones interpersonales y actividades comunitarias.
Los participantes en el proyecto suelen ser personas con perfiles de exclusión marcados por el aislamiento social, sin hogar o viviendo en condiciones muy precarias de habitabilidad e higiene. Además, suelen ser individuos solos, en ocasiones con discapacidades físicas o psíquicas.
