"El pasado 23 de diciembre de 2010 la policía ha impedido que el pueblo se expresara libremente, en la Asamblea Regional, sobre el contenido de la “Ley de Medidas Extraordinarias para la sostenibilidad de las finanzas públicas” en Murcia", según denuncian desde CGT Murcia.

Ya estaban dentro de la Asamblea Regional las personas que, supuestamente, representan los intereses del pueblo. Y decimos supuestamente, porque cada vez resulta más evidente que en la Asamblea Regional los intereses que están representados no son los del pueblo. Hoy miles de trabajadores y trabajadoras queríamos impedir que se aprobara una ley que nos hace pagar las consecuencias de una crisis que no hemos generado.

Reducciones de salarios, aumentos de jornadas con la consiguiente amortización de puestos de trabajo y el posterior aumento del paro, eliminación de prestaciones y de planes sociales junto con la reducción del 25% del sueldo al estar de baja por enfermedad son algunas de las medidas más significativas.

No podemos intervenir en la gestión de la economía, pero se nos hace partícipes a la fuerza cuando dicha gestión es nefasta. Por el contrario no se nos hace partícipes de los beneficios en épocas de abundancia (baste ver, los no pocos años, de contención salarial).

Por eso hoy miles de personas estábamos concentradas en la puerta de la Asamblea Regional, porque no nos queda más remedio que ser nosotras y nosotros mismos los encargados de defender nuestro pan, ya que los que legalmente deben hacerlo no lo hacen.

A esta dejación de funciones de la clase política debemos añadir el papel represivo que, una vez más, juegan los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. En esta ocasión los medios de comunicación han podido captar el ensañamiento policial (ver video), lo cual, por si alguien tenía dudas, deja claro qué papel juega cada cual. Parece ser que nuestra libertad termina cuando intentamos impedir que la libertad de los ricos coarte la nuestra.

Así las cosas, desde la CGT vamos a seguir insistiendo en la necesidad de salir a la calle para reivindicar lo que es nuestro y evitar que nos sigan quitando derechos básicos adquiridos tras años y años de conquistas sociales.