El proyecto se desarrollará hasta 2012, con una inversión de 674.000 euros financiados por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino
La Consejería de Agricultura y Agua ha iniciado las obras de adecuación biológica de los humedales del entorno del Mar Menor, que pretenden dotar a las salinas de Marchamalo y del Rasall de capacidad suficiente para autoabastecerse de agua marina y posibilitar su mantenimiento, conservación y mejora del hábitat.
El periodo de ejecución de este proyecto abarca hasta 2012 y cuenta con una inversión de 674.000 euros financiados por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. La dirección de las obras corresponde a la Consejería de Agricultura y Agua.
Las salinas de Marchamalo se encuentran ubicadas en el litoral sur de la laguna, en las proximidades de Cabo de Palos. Entre las actuaciones a desarrollar allí figuran el acondicionamiento de los canales de distribución de agua, la reposición de compuertas, la integración paisajística de los vallados y controles de acceso a motas, así como la mejora de las instalaciones asociadas a la salinera y la adquisición de nuevos equipos.
En las salinas del Rasall, ubicadas en el interior del Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, se llevará a cabo la mejora del sistema de llenado mediante bombeo, la impermeabilización de las balsas almacenadoras, la adecuación de los canales y la mejora de las balsas cristalizadoras y del servicio de mantenimiento de los procesos biológicos.
Esto incluye la extracción de la cosecha anual de sal, la formación de técnicos especialistas en salinas y la aplicación de una gestión especializada para garantizar la puesta en marcha de una futura explotación tradicional.
Valores naturales
El director general de Patrimonio Natural y Biodiversidad, Pablo Fernández, señaló que entre la singularidad naturalística del conjunto del Mar Menor, "las salinas destacan como enclaves ecológicos de indudable relevancia".
Las instalaciones salineras, dijo, "proporcionan un hábitat diversificado a numerosas especies de fauna y flora, así como un enclave ideal para el estudio de diversos procesos ecológicos dignos de ser conservados".
Destacó asimismo que "los valores sociales y culturales asociados a estas salinas también suponen un aliciente para su recuperación, pues se trata, quizá, de los últimos reductos donde es posible realizar esta actividad de forma tradicional, por ser explotaciones de pequeñas dimensiones".
El responsable autonómico señaló que "la pérdida de competitividad de las pequeñas explotaciones salineras frente a las grandes supuso la paulatina degradación de las infraestructuras productivas". Sin embargo, concluyó, "en humedales antrópicos como son las salinas es fundamental mantener la actividad productiva para garantizar la conservación de los valores biológicos y culturales asociados".