Cultura confía en que el flamenco y la dieta mediterránea se conviertan en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

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El Comité Internacional de la ONU inicia esta tarde en Nairobi las votaciones sobre las candidaturas presentadas

Cultura confía en que el flamenco y la dieta mediterránea se conviertan en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

El director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Enrique Ujaldón, se encuentra en la reunión del Comité Internacional de las Naciones Unidas para el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad defendiendo dos candidaturas de España en las que ha participado la Región de Murcia, la dieta mediterránea y el flamenco.

Ujaldón explica que este mañana el trabajo se encuentra en las fases previas de debate y que esta tarde se darán a conocer las primeras noticias, lanza un mensaje optimista acerca de las posibilidades de que tanto "en la votación de esta tarde tanto el flamenco como la dieta mediterránea pasen a ser patrimonio de la humanidad".

El director general de Bellas Artes y Bienes Culturales recuerda además que la Región de Murcia "tiene ya experiencia en esta materia ya que el año pasado conseguimos en colaboración con Valencia que el Consejo de Hombres Buenos y el Tribunal de las Aguas de Valencia fueran declarados Patrimonio inmaterial de la Humanidad".

Así, el camino iniciado por el flamenco es el mismo que recorrió hace un año el expediente de los 'Tribunales de Regantes del Mediterráneo español', que el Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia junto con el Tribunal de las Aguas de Valencia.

"Este año -explica Ujaldón- hemos trabajado con Andalucía y Extremadura para que el flamenco pase a ser lo que es ya, patrimonio de todos".

La participación regional en esta candidatura se basa en la defensa del patrimonio que representan los denominados 'Cantes de Levante', modalidad de cante flamenca vinculada al desarrollo de la actividad minera de la Sierra de Cartagena y que se extiende a las cuencas mineras de Andalucía Oriental.

Esta denominación de Cante de Levante aporta un componente territorial que enmarca perfectamente nuestra diferenciación en el contexto general del Flamenco, abarcando las modalidades del cante que se desarrollaron en su máxima expresión entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, de la mano de unas circunstancias socioeconómicas bien singularizadas, el denominado 'boom' minero de la zona de Cartagena. Sería en ese contexto en el que se produciría el surgimiento de La Unión y el desarrollo en Cartagena de una ingente renovación urbanística y arquitectónica que nos legaría un importante patrimonio artístico modernista.

La dieta mediterránea

Por otro lado, la Consejería de Cultura y Turismo declaró en agosto de 2008 Bien de Interés Cultural con carácter inmaterial la Dieta Mediterránea al considerar que representa un estilo de vida y un componente del patrimonio cultural de los países de la región mediterránea, que lo caracteriza e identifica. Este nivel de protección, recogido en la Ley de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia, prevé la difusión, conservación, investigación, conocimiento y promoción de la dieta tanto a nivel nacional como internacional.

Con esta declaración, la Dieta Mediterránea inició el proceso para la declaración de Patrimonio de la Humanidad que otorga la Unesco. La candidatura que se presenta es de carácter trasnacional y se realiza de manera conjunta con Italia, Marruecos y Grecia. Uno de los requisitos de las candidaturas a la Lista Representativa de Patrimonio Cultural de la UNESCO es que esté incluida en algún registro, es decir, que el país que lo propone debe tener protegido a nivel interno el bien que se pretende que sea defendido por la Unesco. La Región de Murcia ha sido la encargada de realizar la declaración, pues es la única comunidad autónoma que posee un marco jurídico para salvaguardar el patrimonio inmaterial ya que la legislación estatal no recoge este nivel de protección

La Dieta Mediterránea constituye un patrimonio cultural inmaterial transnacional de primer orden que tiene importancia, tanto como manifestación cultural común de toda la cuenca mediterránea, como expresión singular de cada una de las comunidades que viven en ella, entre ellas nuestra Región. Se trata de un patrimonio vivo, compartido, transmitido, recreado, cúmulo de tradiciones, técnicas, conocimientos, sabores, simbolismos y fiestas.

Además, incorpora un importante componente tradicional que se ha afianzado en la Región en diferentes usos y costumbres como las fiestas del vino y la vendimia en Jumilla, la Semana de la Huerta y el Mar; la elaboración de salazones que pervive desde época fenicia, las técnicas de cultivo del arroz en Calasparra, la almadraba de La Azohía, la encañizada del Mar Menor y las conservas de la Vega Media y Cieza. Asimismo, se incorporan tradiciones como el sistema de riego de la Huerta de Murcia o la salvaguarda de especias autóctonas como la cabra murciano-granadina o el pero de Alcuza. Para la declaración se han recogido todas las aportaciones realizadas desde las consejerías de Turismo, Agricultura y Sanidad ya que la Dieta Mediterránea engloba valores nutricionales, paisajísticos, culturales y etnográficos.

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