La Consejería de Agricultura y Agua anima a los viveristas de frutales a establecer acuerdos o sociedades para afrontar con menos costes las nuevas exigencias de la legislación europea.
El director general de Modernización de Explotaciones y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, se reunió esta semana con productores y comerciantes de plantas de vivero de frutales para informarles sobre la próxima modificación de la normativa europea sobre control y certificación.
El responsable autonómico señaló que "para salvaguardar la calidad del material de categoría estándar, la Unión Europea impondrá nuevas exigencias a los viveristas para que garanticen la identidad varietal y sanitaria del material inicial". Esto obligará a los productores a "establecer sus propios campos de pies madres, o bien una selección de plantas para la obtención de un material de partida sometidas a férreos controles sanitarios o varietales".
García Lidón advierte que "representa un problema la multiplicación de variedades tradicionales debido a la inexistencia de material vegetal seleccionado y saneado". Por el contrario, señala, "las nuevas variedades sometidas a royalties o protegidas, tienen una garantía sanitaria y varietal asegurada al estar sometidas a fuertes sistemas de selección y saneamiento".
El sector productor de plantas de vivero de frutales en la Región comercializó en la última campaña más de 500.000 plantones, con un volumen de negocio aproximado de 1,5 millones de euros. En la actualidad hay inscritos en el registro 25 viveristas, que producen 220.000 plantas de almendro, 140.000 de melocotonero, 40.000 de perales y 35.000 de albaricoquero.
Problema sanitario
El director general destacó que el principal problema sanitario de los frutales en la Región es el virus de la 'sharka' (Plum pox virus), "que los pulgones transmiten de una plantación a otra y también el comercio de material vegetal infectado".
La Consejería lleva a cabo programas de investigación genética para obtener variedades resistentes o tolerantes a esta enfermedad, que posteriormente son suministradas a los viveros registrados y autorizados por la Administración.
Según García Lidón "para el mantenimiento de estos costosos programas de investigación y selección es necesario que los agricultores y viveristas colaboren mediante el pago de los royalties o regalías que incrementan el coste de la planta de vivero comercializada en una pequeña cantidad, con lo cual queda asegurado del fortalecimiento de los sistemas de control sanitario y varietal".
El director general ofreció a los asistentes a la reunión la colaboración del Servicio de Sanidad Vegetal de la Consejería "para el establecimiento de estos campos de material vegetal de partida y para realizar los controles sanitarios que aseguren la inocuidad de las plantas de vivero puestas en el mercado".