El carpetazo de la consejería de Cultura a la propuesta de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de la red de riego tradicional supone que el titular de ese departamento, Pedro Alberto Cruz, se rinde a los intereses económicos del agua, a los intereses especulativos del suelo y, sobre todo, incumple con su obligación de proteger el patrimonio común de todos para favorecer los intereses particulares de unos pocos.
La decisión de Cultura supone en la práctica la firma de la sentencia de muerte de la red tradicional de riego. Lamentablemente, en la Región, todo lo que no está protegido por Ley es vulnerable y esto es lo que ha sucedido- especialmente en estos últimos tiempos- con el sistema de riego tradicional. Hemos sido testigos de vergonzosas actuaciones, como lo sucedido con el Molino de Aljucer, lamentables abandonos como si se estuviera a la espera de que el patrimonio se deteriore y hunda para así justificar su derribo y eliminar problemas. En cuanto al entubamiento de acequias, que es lo que va a permitir esta resolución, son muchos los intereses económicos en juego, empezando que con el agua que va oculta se puede negociar mejor y siguiendo por la propia venta de suelo cuando estas acequias entran dentro de algún plan urbanístico. La principal tarea de la Junta de Hacendados en estos años ha sido la de estar muy atenta a todos los nuevos desarrollos y en todos ellos ha hecho una sustanciosa caja.
Sin embargo, si hay un bien cultural realmente significativo y representativo de esta tierra, es el constituido por la cultura del aprovechamiento del agua y todo el patrimonio asociado a la red de regadío tradicional como acequias, norias, molinos y puentes. La red de riego constituye un rico patrimonio desde el punto de vista cultural, etnológico, ambiental e histórico que debería de protegerse para su transmisión a las generaciones futuras. Así parece haberlo reconocido la UNESCO cuando declaró al Consejo de Hombres Buenos como Patrimonio de la Humanidad, declaración que llevaba aparejada la necesidad de proteger y preservar la red de riego- razón de ser del Consejo. Esto es también lo que firmaron nuestras instituciones autonómicas y locales, que incluso se comprometieron a destinar los correspondientes fondos para preservar y recuperar este patrimonio y luego no han hecho nada. Por ello también hay que recordar que la UNESCO puede retirar sus títulos si no se cumplen las condiciones establecidas y que así lo ha hecho en la ciudad alemana de Dresde.
Alguien debería recordarle a Cruz lo de Dresde. En IU+LV creemos que es una mancha que él también merecería llevar en su currículo.