Pacto por la Promoción del Empleo
en la Región de Murcia 2011-2014

                   Desde 1996 en esta Región hemos mantenido vivo el dialogo social y, por su mediación, una continua concertación en torno a los principales temas sociales y económicos que nos afectaron. La rentabilidad es innegable porque nos ha permitido dotarnos de Instituciones y Foros desde los que se han orientado y enriquecido las relaciones laborales. Mereció la pena el esfuerzo y la dedicación que prestamos. Una cultura que permitió entendernos en cuestiones esenciales e hizo más fácil la convivencia de intereses, aunque tal hecho supusiera renuncias por ambas partes.

                   Este antecedente con el que inicio mi intervención se desarrolla en tiempos de bonanza, de crecimiento económico, con disponibilidad de recursos para alcanzar los objetivos propuestos. Pero el que hoy se suscribe tiene un escenario bien distinto que viene representado por la grave y duradera crisis económica que padecemos, y en medio de la tormenta social que, en principio, supone el proyecto de reforma laboral que ha decidido el Gobierno de España cuando no, más tarde, el Congreso de los Diputados. Proceso que conlleva no conocer su contenido definitivo al día de hoy pero que, al menos, resulta orientativo para la ciudadanía. A nivel nacional no se consiguió el consenso entre los interlocutores sociales y eso no es bueno. La experiencia que proporciona la historia de la concertación en España es la de que cuando las decisiones se adoptan unilateralmente, aun cuando sea por necesidad, dejan descontentos a todas las partes, y son causa de tensiones sociales. Tendremos que esperar al final del proceso para la valoración objetiva y rigurosa.

                   Acaso llame la atención el hecho de que hoy, en esta Región, los mismos agentes, es decir, UGT – CC.OO, CROEM y Gobierno Regional, estemos formalizando un acuerdo cuyo objetivo es el de la promoción del empleo de calidad. Creo que son ámbitos legales, competenciales y económicos diferentes los que corresponden al Estado y los de la Comunidad Autónoma y, por tanto, de alcance bien distinto. Así lo demuestran pactos anteriores, aunque la complementariedad entre ambas instancias haya sido procedente en aras de la optimización de recursos y de la eficacia. Es por ello que la autonomía territorial haga posible el acuerdo de hoy con el que se pretende proyectar una imagen de paz social y, por ende, de confianza.

                   De otra parte, creo que todos somos conscientes de dos hechos: primero, que el tiempo de crisis se hará más largo de lo esperado; y, segundo, de los condicionantes económicos/financieros que existen y que podrían endurecerse en los próximos meses, e incluso en las anualidades de 2011 y 2012. Razones que impiden ser más ambiciosos en los programas de políticas activas de empleo. Queda, pues, un tiempo de sacrificios que obligan a priorizar acciones para atender, de una parte, los grupos de personas con mayor riesgo de exclusión y, de otra, ganar la batalla de la formación en beneficio de la calidad en el puesto de trabajo y en términos de productividad. Aquí quisiera llamar su atención acerca de cuestión principal en el ámbito regional y atinente a la evolución de la estructura productiva. Se viene avanzando en esa dirección, aunque sea con cierta lentitud. El contenido del Pacto hace especial referencia a tal objetivo poniéndose énfasis en el análisis de sectores emergentes, en la innovación y nuevas tecnologías, en la potenciación de nuestras Universidades, etc. Sabemos que hemos de adecuarnos a las nuevas circunstancias y prepararnos para la salida de la crisis ganando en competitividad. En este sentido, los firmantes del acuerdo hemos querido dejar constancia de la unidad de criterio y de la exigencia de coordinar acciones dirigidas a tal fin.

                   Pero el objetivo de promoción de empleo pasa inevitablemente por reactivar la economía. En otro caso estaríamos engañándonos a nosotros mismos. De aquí que dediquemos el Preámbulo del texto a remarcar e instar del Gobierno Regional que insista en la ejecución de los principales proyectos que hay sobre la mesa, y de manera particularizada cuanto contribuya a la promoción empresarial. No es solo la licitación pública lo que se demanda, que también, sino todo aquello que motive y estimule la actividad económica (Plan Industrial, y dentro del mismo los programas de Internacionalización, Cooperación, Emprendedurismo, etc.). Es, y así se reconoce, condición indispensable para la creación de empleo. Por tal razón hemos señalado que el Pacto no representa un compartimento estanco. Antes al contrario, lo hemos convertido en “denominador común” de todos los planes y programas de ejecución o próximos a iniciarse, y no solo de las AA.PP., sino de, por ejemplo, las Entidades Financieras que operan en nuestro ámbito porque si el crédito no fluye a las pymes será imposible recuperar niveles de crecimiento y de empleo. Es el principal obstáculo con el que se enfrenta la empresa, cualquiera que sea el grupo de actividad en el que se integre (mueble, turismo, comercio, industria, construcción, agricultura, etc.), y son merecedoras de mejor trato.

                   Estamos convencidos de las potencialidades que la Región ofrece y la actitud empresarial no es otra que la de coadyuvar a su desarrollo en la certeza de conseguir un futuro de progreso y bienestar. Tan es así que hemos propuesto (Sindicatos y Organizaciones Empresariales) que aquellos temas que no han podido recogerse en el Pacto (Vivienda, Medio Ambiente, etc.) sean objeto de nuevos acuerdos con la Administración Regional, acuerdos que nos hemos propuesto cerrar en el mes de julio próximo.

                   Entiendo, Sras. y Sres., que hemos formalizado un acuerdo realista, primero, por atenerse a lo disponible, segundo, por coherencia con la realidad social y económica, y, por último, porque recoge una visión de futuro de lo que pensamos debe ser esta Región. Al menos, en términos de empleo. Por ello expreso reconocimiento a UGT y CC.OO. que han sabido separar ámbitos de actuación prevaleciendo en ambas el sentido de responsabilidad para con la Región.

                   Por supuesto, al Presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel, y en su persona, al Gobierno de la Región, por su decidida apuesta por el dialogo social, incluido los esfuerzos económicos que han de realizar durante las próximas anualidades. La actitud receptiva y conciliatoria mantenida por personas (altos cargos y funcionarios) que han intervenido en las diferentes Mesas de Trabajo, es merecedora de gratitud, y así lo expreso.

                   En definitiva. Soslayando cualquier valoración política, desde la perspectiva empresarial entendemos que suscribimos un acuerdo –con las renuncias que cada parte hemos hecho- que significa “una apuesta en común, una voluntad decidida, de Gobierno, Sindicatos y Empresarios, en estar presentes en la difícil situación de desempleo que tenemos, y en unirnos para amortiguar sus efectos y conseguir la creación de puestos de trabajo más cualificados, al tiempo que se persigue combatir la irregularidad y toda clase de discriminación”.

                   Ahora solo nos queda velar por una ejecución efectiva de todas y cada una de las acciones.

                   Muchas gracias por su atención.