En el día en que la Iglesia celebra la solemnidad de la Santísima Trinidad, 30 de mayo, tuvo lugar la Ordenación Episcopal en Maputo –Mozambique- del misionero de la Consolata P. Francisco Lerma, natural de El Palmar (Murcia), y que ha ejercido su ministerio sacerdotal en esta tierra durante cuarenta años, siendo designado ahora por el Santo Padre como pastor de la Iglesia de Gurué.
Mons. Lerma, ha entregado su vida en este país, en su misión evangelizadora. En estas décadas ha colaborado de una manera muy especial al desarrollo de su propia cultura desde el estudio y la investigación antropológica, sociológica, linguística y cultural de los pueblos que componen la nación mozambiqueña, constituyéndose como referente para el conocimiento de este país, según ha reconocido el propio Embajador de España en Mozambique, el cual se sirvió de los estudios y publicaciones del P. Lerma para acercarse a un conocimiento más exhaustivo del país africano, cuando fue nombrado embajador de éste.
La celebración de consagración de Mons. Lerma tuvo lugar en la Catedral de la capital mozambiqueña, en Maputo, presidida por el Presidente de la Conferencia Episcopal de Mozambique, Mons. Lucio Andrice, acompañado por trece obispos, entre los cuales se encontraba el Obispo de nuestra diócesis, Mons. Lorca Planes. Es de resaltar la presencia en dicha celebración de todos los obispos que conforman la Conferencia Episcopal en este país.
En medio de un ambiente festivo, propio de la liturgia africana, Mons. Lerma ha ratificado su respuesta a la llamada del Señor al servicio de la Iglesia, a la que ha consagrado su vida misionera, a una Iglesia pobre que mira com esperanza al futuro.
La expedición murciana que ha acompañado a Mons. Lerma en este momento tan importante de su vida, estaba encabezada por Mons. Lorca Planes, junto a miembros de su familia, así como algunos paisanos de El Palmar y sacerdotes de nuestra diócesis, entre ellos algunos de esta pedanía murciana.
Su hermana, Fina Lerma, luciendo la tradicional teja y mantilla española, en el turno de los agradecimientos y en nombre de su familia, declaró, refiriéndose a su hermano, que “Mozambique está en su corazón y en el nuestro, su nueva tierra es nuestra tierra y sus habitantes nuestra familia”.
Mons. Lerma agradeció, igualmente, la presencia de las primeras autoridades de la nación, entre las que se encontraba la Presidenta del Parlamento.
Un momento verdaderamente entrañable de este día festivo ha sido el encuentro con un nutrido grupo de misioneros murcianos, religiosos, religiosas y laicos que sirven en sus respectivas comunidades y que llevan con orgullo el nombre de nuestra región por todo este país. Uno por uno fueron saludando personalmente al Obispo de Cartagena, manifestándoles su alegría por tenerlo entre ellos, así como aprovechando para compartir con él su experiencia misionera en estas tierras africanas. El Obispo, por su parte, les alentó a seguir adelante en esta misión y les deseó poderles ver pronto por nuestra diócesis, en sus merecidos días de descanso.
Uno de los mayores gozos que ha supuesto a los que acompañaron a Mons. Lerma ha sido el poder visitar algunos lugares y misiones concretas donde el nuevo Obispo ha desarrollado su trabajo. El pueblo murciano ha colaborado y contribuido a llevar adelante muchos de estos grandes proyectos. El agradecimiento de tantos mozambiqueños manifestado estos días hacia nuestra Región es signo de una comunión eclesial que durante largos años se ha materializado también en ayudas económicas continuas hacia ellos.
La Iglesia de Cartagena se alegra, por este acontecimiento, a la vez que desea que el nuevo ministerio de Mons. Lerma sea fructífero, y que Dios siga bendiciendo su labor evangelizadora en medio de estas gentes.