El nuevo real decreto obliga a incorporar en el etiquetado de los envases de tabaco advertencias sanitarias en forma de fotografías o ilustraciones sobre los riesgos y las enfermedades que provoca esta sustancia
Las imágenes seleccionadas han sido escogidas del catálogo elaborado por la Unión Europea en 2005. En la UE, Bélgica fue el primer país que adoptó esta medida y fuera de la UE lo han hecho ya 15 países
Esta medida ha demostrado en los países que ya la han adoptado que es eficaz para reducir o abandonar el consumo del tabaco
El real decreto prevé una prórroga de doce a veinticuatro meses para la adaptación de los envases a los nuevos requisitos de comercialización
El Consejo de Ministros ha aprobado hoy, a propuesta de la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, un nuevo real decreto que modifica el Real Decreto 1079/2002, de 18 de octubre, por el que se regulan los contenidos máximos de nicotina, alquitrán y monóxido de carbono de los cigarrillos, el etiquetado de los productos del tabaco y las medidas relativas a ingredientes y denominaciones de este tipo de productos.
El texto recoge la obligación de incorporar de forma visible en las cajetillas de cigarrillos advertencias sanitarias en forma de fotografías e ilustraciones de los riesgos y efectos nocivos que tiene en la salud el tabaco.
Se trata de imágenes con texto que informan visualmente de que el consumo de tabaco provoca, por ejemplo, cáncer mortal de pulmón, envejecimiento prematuro, cardiopatías y enfermedades cerebrovasculares. También informan de que dejar de fumar reduce un 50% el riesgo de enfermedades coronarias e introducen, además, mensajes de protección de los niños frente al humo del tabaco y de ayuda para dejar de fumar.
Estas imágenes (ver ANEXO) se alternarán de manera que se garantice la aparición regular de todas las advertencias en una cantidad igual de unidades de envasado. En cualquier caso, estas imágenes no sustituirán a las advertencias generales que seguirán figurando en el etiquetado, como Fumar mata y Fumar perjudica gravemente su salud y la de los que están a su alrededor.
El real decreto incluye una prórroga de doce meses, en el caso de las cajetillas de cigarrillos, o de veinticuatro mesesposteriores a su entrada en vigor para la comercialización de otros productos que, sin adecuarse a los cambios introducidos por este real decreto, se ajustan a lo que disponía hasta ahora la normativa vigente. Esta prórroga se establece en previsión del coste que pueda suponer para la industria tabaquera la modificación del etiquetado.
EXPERIENCIA EN OTROS PAÍSES
El texto aprobado hoy recoge la línea de actuación marcada por la Unión Europea. En este sentido, la normativa comunitaria prevé la posibilidad de que los Estados Miembros exijan la inclusión de advertencias sanitarias en forma de fotografías en color u otras ilustraciones en los envases de los productos del tabaco y que se haga conforme a sus directrices.
La Comisión de las Comunidades Europeas adoptó en 2003 la decisión sobre el uso de fotografías en color u otras ilustraciones como advertencias sanitarias en los envases de tabaco y en 2005 determinó la serie de fotografías e ilustraciones entre las que los Estados Miembros pueden elegir las más oportunas para su país.
Bélgica fue el primer país de la Unión Europea en introducir las advertencias con imágenes en los paquetes de cigarrillos en 2006, seguido de Rumania y de Gran Bretaña. Otros países de la Unión Europea están considerando la medida en un futuro próximo y fuera de la UE ya han introducido las advertencias con imágenes 15 países más, entre ellos Canadá, Brasil y Australia.
Por otra parte, España ratificó en 2004 el Convenio marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el control del tabaco, en cuyo seno se adoptó en 2008 la directriz de utilizar advertencias con imágenes en tanto son más eficaces que aquéllas que sólo tienen texto.
En este sentido, la experiencia previa en los países que han introducido en los envases de tabaco este tipo de advertencias ha demostrado una mayor eficacia para informar sobre sus riesgos y favorecer la reducción de su consumo o su abandono definitivo. Este mayor eficacia se debe a que las advertencias en este formato llegan más fácilmente a las personas, incluso a las de bajo nivel de alfabetización, llaman más la atención y comunican mejor los riesgos sanitarios del consumo del tabaco.