ANSE respalda la introducción de fauna extinguida y cabra montés en diversos enclaves de la Región de Murcia

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La Asociación de Naturalistas del Sureste ha propuesto esta mañana en la reunión del Consejo Asesor Regional de Caza que la cabra montés vuelva a las sierras litorales y prelitorales de la Región de Murcia, en lugar de especies foráneas como el muflón de Córcega, que ya se reproduce en las proximidades de Cabo Tiñoso

El representante de ANSE en el Consejo Asesor, Pedro García, ha pedido a la Comunidad Autónoma que ponga en marcha un proyecto que evalúe la viabilidad para establecer una población de cabra montés o cabra hispánica en las montañas comprendidas entre Cartagena y Mazarrón, y otras sierras próximas al litoral, y en las que puedan existir citas históricas de presencia de esta especie.

La introducción de la cabra en estas montañas solo debería realizarse si se considera que no existirán daños significativos a la flora protegida y amenazada, y con un adecuado control (también aprovechamiento cinegético) futuro sobre estos ungulados, que incluya la indemnización de daños a propietarios de cultivos si fuera necesario. Aunque las montañas situadas entre Cartagena y Mazarrón cuentan con más de 3.000 hectáreas de suelo público, en manos de ayuntamientos, Comunidad Autónoma y Estado, siguen siendo mayoritariamente propiedad privada, por lo que es necesaria una información adecuada de los habitantes de la zona para garantizar la conservación y correcto manejo de la especie.

ANSE ya denunció hace años la suelta ilegal en el entorno de Cabo Tiñoso de un grupo de muflones de Córcega, cuya población ha aumentado hasta más de una docena de ejemplares. Los técnicos de la Dirección General de Patrimonio Natural y Biodiversidad han reconocido en la reunión de hoy que hasta el momento no han conseguido capturar a estos animales.

La cabra montés habita ya otros lugares de la costa mediterránea española donde había desaparecido en las últimas décadas, como ocurre con algunas montañas costeras de Almería, Málaga y Granada, entre las que destacan los acantilados de Maro-Cerro Gordo.

Como ejemplo de lo que no debería ocurrir se encuentra la escasa gestión del jabalí en las montañas litorales, donde había desaparecido hace cientos de años, y tras una colonización natural está proliferando en exceso ante la falta de predadores naturales y escasa eficacia de los métodos y esfuerzo de caza.

En este sentido, ANSE ha vuelto a reiterar a la Comunidad Autónoma que realice una adecuada evaluación de las poblaciones de jabalíes en los espacios protegidos del litoral de la Región de Murcia, especialmente en aquellos donde no está permitida la caza y no existen predadores naturales de la especie, como ocurre con el Parque Regional de Calblanque, Monte de Las Cenizas y Peña del Águila, con el fin de buscar soluciones a la elevada presión de los jabalíes sobre otras especies de fauna y la vegetación autóctona. Entre la extinción y la proliferación excesiva hay mucho margen para el manejo y aprovechamiento del jabalí.

ANSE ha apoyado igualmente la vuelta a la Región de Murcia de una especie emblemática en España, como es el lince, pero opina que es mejor su introducción en las zonas de mayor densidad de conejo, como el entorno de las Sierras de Altaona y Escalona, lindando con la provincia de Alicante, que en otras sierras interiores como la de La Pila. En este caso, evidentemente, no se plantea el posterior aprovechamiento cinegético de la especie.

El entorno de las sierras de Altaona y Escalona cuenta actualmente con una de las mayores densidades de búho real de todo el mundo, y la zona es muy importante durante el periodo de dispersión de aves rapaces tan emblemáticas como el águila-azor perdicera o el águila real. Además, alberga una población abundante de gato montés. A pesar de ello, ó precisamente debido a ello, y de la intensa presión cinegética, cuenta con una elevadísima población de conejos. Sin embargo, no existe en la zona ningún plan de gestión sobre las zonas declaradas ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), y la parte alicantina espera desde hace años su declaración como Parque Natural.

El representante de ANSE ha pedido, por otra parte, que se revise la catalogación como especies de caza de aves como la corneja o la grajilla, casi desaparecida de las montañas costeras la primera y fácilmente confundible con otra especie protegida, la chova piquirroja, la segunda, y que no tienen interés cinegético ni se ha comprobado que produzcan daños graves sobre otras especies animales ni sobre la agricultura.

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