El diputado regional, José Antonio Gil, denunció que el Gobierno de Valcárcel, en materia de Función Pública, ha incumplido los acuerdos económicos pactados y firmados con los sindicatos sobre las retribuciones económicas a los funcionarios, lo que afecta a 50.000 trabajadores públicos. “Valcárcel firmó un acuerdo de mejoras retributivas con un objetivo únicamente electoralista, ya que en aquel momento, el presidente era consciente de la crisis económica. Por eso, no se puede entender que comprometiera mayores recursos”.
El Gobierno se escuda ahora en la crisis para congelar los salarios pero, a juicio del parlamentario, llama la atención “la estrafalaria paradoja que 15 días antes de tomar esta decisión, todos los consejeros habían pasado por la Asamblea, a propósito del Debate de Presupuestos para 2010, justificando los incrementos de las partidas de gasto corriente y personal en el sagrado cumplimiento de los acuerdos que tenían con los funcionarios”.
El diputado criticó que con esta forma de preceder “se han reído de los funcionarios y también de los Grupos Parlamentarios de la oposición a los que engañaron reiteradamente para justificar los incrementos en las Cuentas regionales, mientras rebajaban las partidas para Inversiones y Transferencias”.
“Cambio brusco”
Gil añadió que se puede entender que en época de crisis se adopten medidas de congelación o ajustes de tipo económico. Pero “resulta infumable” la postura del Gobierno regional porque en 15 días no cambiaron en nada las condiciones “para tan brusco y trascendental cambio de actitud. Por tanto, estamos convencidos que fue algo premeditado y planificado con no sabemos qué torticeras intenciones”.
El Grupo Parlamentario Socialista tiene solicitada, desde el pasado mes de enero, la comparecencia en el Pleno de la Asamblea de la consejera de Presidencia y Administraciones Públicas, María Pedro Reverte, para que dé explicaciones sobre la suspensión de la aplicación de los acuerdos salariales a los empleados públicos de la Administración Regional. “Este tema vuelve a tener rabiosa actualidad al iniciarse estos días la renegociación de los acuerdos, que no parece vayan por el buen camino, y que pueden acabar con la bondad de la unidad sindical y con la credibilidad de un presidente que ha presumido de su política de pactos”.