El secretario de Coordinación del PSRM, Francisco Javier Oñate, manifestó hoy su tristeza “por contar en la Región de Murcia con uno de los últimos reductos del tardo-franquismo político, que es el Partido Popular al frente del Gobierno regional, que no tiene empacho ni la menor vergüenza personal en mezclar religión y política con el intento mezquino de sacar algunos votos más en esta Región, incluso falseando y contando mentiras”.
En concreto, Oñate se refirió a las declaraciones realizadas por la senadora del PP María José Nicolás sobre el monumento de Monteagudo, declaraciones que el líder socialista considera “una burda manipulación”. Oñate explicó en el Senado, de manera sumarísima, “se han tirado atrás miles de enmiendas por razones exclusivamente de tipo económico”.
“Intentar asociar esto a la polémica de la permanencia del Cristo resulta absolutamente manipulador, malintencionado y además mentira, porque es el Gobierno de España el que se ha negado a admitir lo que hasta hoy sólo es una demanda de aventurerismo jurídico por parte de alguien que seguramente intenta notoriedad con causas que tengo la convicción de que van a estar perdidas”, añadió.
Cámara no quiso aceptar la propiedad
“En todo caso, y si quieren referirse a la rehabilitación del castillo de Monteagudo o del Cristo, hay que recordar que el Gobierno de España se lo intentó ceder al Ayuntamiento”, recordó Oñate.
En su opinión, “bien hubiera hecho Cámara en aceptarlo y, con los cuantiosos fondos que el Estado le ha dado a través del Plan E, haberlo rehabilitado”. “Es el alcalde de Murcia quien tiene que dar explicaciones a los ciudadanos de por qué no lo ha hecho”.
Para Oñate, a quien primero interesa rehabilitar el castillo y el Cristo de Monteagudo es a los propios murcianos, aunque sea con dinero del Estado. “Por tanto, que el PP no eche balones fuera ni intente manipular”.
“Que recuerden Cámara y Nicolás que la democracia se construye día a día, que hay que cuidarla, y que la manipulación y la mezcla de religión y política ha sido siempre a lo largo de la historia un mal consejero de la convivencia social”, finalizó.