Almoradí (Alicante), 5 feb (EFE).- La Guardia Civil ha detenido en la localidad alicantina de Almoradí a dos personas como presuntas autoras de una estafa mediante la venta de automóviles, cuyo alcance económico es de dos millones de euros y el número de afectados se aproxima a los 150, según han informado fuentes de la Benemérita.
Estas dos personas, un hombre y una mujer, están acusados de comercializar, importar y vender vehículos que, una vez cobrados, no entregaban a sus compradores.
Para ello, habían utilizado dos sedes comerciales que la pareja había abierto en las localidades de Cox (Alicante) y San Pedro del Pinatar (Murcia) y una red de franquicias que habían creado a través de talleres dedicados a la venta de vehículos de segunda mano.
Las denuncias de personas perjudicadas por esta presunta estafa, principalmente clientes que abonaron por adelantado las operaciones de compra, se extienden por varias comunidades autónomas españolas y su número se aproxima actualmente a las 150, según datos facilitados por la Guardia Civil.
La detención de esta pareja, él de nacionalidad belga y ella de origen ecuatoriano, tuvo lugar en la localidad alicantina de Almoradí, después de una investigación iniciada el pasado mes de enero por efectivos de la Benemérita.
La Guardia Civil tuvo conocimiento de que dos empresas dedicadas a la importación y comercialización de vehículos a nivel nacional, con sedes en Cox y San Pedro del Pinatar se dedicaban al cobro del importe de vehículos que después no entregaban.
Bajo la apariencia de una empresa seria y experimentada, captaban clientes para la venta de vehículos de gama alta y media, a quienes ofrecían ventajas económicas en relación a los precios del mercado nacional.
Los ahora detenidos exigían a la realización del contrato, la entrega de importantes cantidades de dinero, en ocasiones hasta la totalidad del importe, o bien la entrega de pagares avalados o letras de cambio, así como también el depósito de vehículos para reserva de los turismos.
Superados los plazos establecidos en los contratos, los vehículos no eran entregados a los clientes, ni tampoco era devuelto el dinero, al tiempo que los clientes no lograban contactar con los vendedores. EFE