El consejero de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, afirmó hoy que las últimas crecidas del río Ebro y el cese del responsable de construir las desaladoras del Gobierno socialista, Adrián Baltanás, suponen “el colofón del fracaso de la política del agua de Rodríguez Zapatero”.
El responsable de la Agricultura en la Región subrayó que “estas dos situaciones dejan en evidencia que la alternativa propuesta por el Gobierno socialista, el denominado programa AGUA, ha sido un fracaso, ya que no ha proporcionado a la Región ni más agua, ni más barata, ni en menos tiempo, como promulgaron, sino todo lo contrario”.
En este sentido, afirmó que “la derogación del trasvase del Ebro del Plan Hidrológico Nacional que había elaborado el Gobierno del PP, marcó el inicio de la hoja de ruta del Gobierno de Rodríguez Zapatero para poner en cuestión el trasvase Tajo-Segura”.
Explicó que “el decreto por el que el Ejecutivo socialista derogó en 2004 el trasvase del Ebro ya contenía en su preámbulo la revisión del Tajo-Segura para adaptarlo a la Ley vigente” y un año más tarde, con la modificación de la Ley de Aguas, “se introdujo la disposición adicional primera votada por los diputados socialistas de la Región que señalaba que a medida que se pusieran en marcha nuevas infraestructuras se irían reduciendo los caudales del Tajo al Segura”, en relación a la desalación.
El consejero murciano afirmó que la crecida que sufre el río del Ebro, en la que se han alcanzado cerca de 1500 metros cúbicos por segundo a su paso por la ciudad de Zaragoza, “demuestra el desacierto y el gran equívoco que tuvo el Gobierno al derogar este trasvase”, ya que se trata de crecidas, dijo, “que se repiten periódicamente varias veces al año y es agua que se vierte al mar sin que pueda ser aprovechada”.
Miles de puestos de trabajo
Añadió que “estas cantidades de agua desaprovechadas podrían resolver el déficit hídrico estructural que padece la cuenca del Segura”, y resaltó que “si estuviera en marcha el trasvase del Ebro podría garantizar la continuidad de miles de puestos de trabajo en España que dependen de la agricultura, un sector que soporta la situación” y “supondría una fuente de riqueza para el país en estos momentos de crisis económica”. “El agua debe contemplarse como un bien esencial al que no se le pueden poner fronteras, pues es un recurso de todos los españoles”, remarcó.
Precisamente ayer, la Fundación Agua y Progreso de la Comunidad Valenciana señaló que con el agua que ha vertido el Ebro al mar en un año se podrían haber creado 35.000 empleos y que la construcción de la conducción evitaría la destrucción de 150.000 puestos de trabajo en la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería.
“Los errores cometidos por Rodríguez Zapatero en la anterior legislatura están haciendo más grande los problemas que tenemos en la actualidad”, alegó el consejero, para quien “el Gobierno socialista tiene la oportunidad de poner un poco de orden en el caos que ha creado en la anterior etapa”.
Lamentó la actitud “servil y sumisa” de los socialistas murcianos que “entonces votaron con su dedo la derogación del Ebro y la puesta en cuestión del Tajo”, y ahora, añadió, “intentan justificar el error de la desalación con cifras falsas que no tiene que ver con la realidad”, afirmó en referencia a las declaraciones de ayer de los socialistas murcianos.
“El Partido Socialista demonizó el trasvase del Ebro y apostó exclusivamente por las desaladoras, pero, tras cinco años, hemos visto que una política hídrica basada sólo en desaladoras es un verdadero fracaso”, indicó el consejero.