Siento de nuevo la tentación, al escribir estas líneas, de repasar otra vez, una más, la situación real del ferrocarril en la Región de Murcia y realizar esa comparativa de auxilio con el resto del ferrocarril en España, que siempre añade cierto grado de rabia contenida. Y siento esa tentación porque se intuye una especie de perpetua desconsideración hacia los murcianos, o un imperdonable olvido desde los distintos gobiernos a una tierra que bien se merece, de una vez por todas, salir del siglo XIX en infraestructuras ferroviarias y calidad del servicio. Pero si lo hiciera desviaría la atención del lector hacia quienes, con ser en buena medida responsables de lo que estamos padeciendo, no son los únicos.
Viene esto a cuento porque leo en los diarios regionales que de seguir la oposición en la Vega Baja al actual trazado del AVE a Murcia, este podría retrasar su aparición en lontananza unos cuantos años más de los previstos. Aunque nadie sabe cual es esa previsión. Ni siquiera el ministerio de fomento se atreve a dar fechas concretas y la Comunidad Autónoma, partidos políticos y sindicatos menos, después de tanto patinazo.
El Tren de Alta Velocidad, más comúnmente conocido como AVE, se ha convertido a lo largo del tiempo en uno de los principales temas políticos de confrontación entre partidos, comunidad autónoma y gobierno central. Así, junto a la problemática hídrica, el tren es el arma arrojadiza imprescindible para denunciar las carencias de los responsables autonómicos, sean del signo que sean, y la ausencia de determinación e influencia política ante las autoridades estatales, sean del signo que sean. Ha sido una constante de los últimos decenios, y se mantiene la misma dinámica y el mismo discurso desde los principales partidos de la región, tomándonos a los ciudadanos como menores de edad, cuando no por auténticos tontos sublimes.
Buena prueba de esto ultimo son las declaraciones de consejero autonómico José Ballesta, el cual, y siguiendo las pautas de siempre, sin salirse del guión, acusa al gobierno central de hacer mal las cosas si las reivindicaciones de los municipios alicantinos y de la corporación de Beniel retrasan la ejecución del proyecto. Como si este se hubiera alumbrado ayer y el Partido Popular no tuviera responsabilidad alguna en él.
Nuevamente asistimos a los fuegos fatuos del AVE. Un pájaro cuya sombra pretende ocultar una realidad más evidente: la patética situación del ferrocarril convencional en nuestra región.
Dice el Sr. Ballesta que el gobierno regional exige doble vía para pasajeros (no se concibe un Tren de Alta Velocidad con vía única), una vía exclusiva para mercancías (a pesar de lo irrelevante de este tipo de transporte por ferrocarril en nuestra comunidad) y la variante a Cieza para que los viajeros a Madrid del AVE no tengan que pasar por la Comunidad Valenciana (otra variante de Camarillas que siempre vendrá bien para denunciar agravios comparativos). Como pretensión no esta mal. De hecho se podrían añadir otras reivindicaciones que quedarían muy bien ante la opinión pública, siempre posibles votantes.
Pero lo que de verdad nos preocupa a los usuarios del tren, y que parece desconocer el Sr. Ballesta, es qué pasa mientras tanto con los servicios ferroviarios actuales, en especial el de cercanías (nada elitista, por cierto), máxime cuando el consejero esta dispuesto a asumir los retrasos necesarios si finalmente llega el AVE que él pretende (bastante elitista, por cierto). Conviene recordar al Sr. Ballesta que no hablamos exclusivamente de las infraestructuras y trazados, estos originales en su practica totalidad, si no del parque de vehículos actual con más de treinta años de antigüedad y tecnología tan obsoleta que resulta un autentico milagro llegar a destino, o incluso salir de la estación de origen.
Debería el gobierno regional, y el Sr. Ballesta en particular, darse cuenta de algo evidente: los murcianos y murcianas ya no creemos en hadas. Conocemos nuestra realidad y exigimos antes de nada, un servicio ferroviario de cercanías adecuado a los tiempos en que vivimos, electrificado, de doble vía, que permita una mayor frecuencia y seguridad, y con un parque de vehículos de este siglo, contribuyendo a la descongestión de las autovías y carreteras y facilitando el desplazamiento de los colectivos menos favorecidos. Simplemente pedimos que se construya la red ferroviaria moderna de Murcia, empezando por los cimientos, con criterios de proximidad y rentabilidad social. Queremos poder desplazarnos dentro de la región en condiciones adecuadas. No en diligencia.
Y esto ya toca señores del Gobierno Regional, venga o no venga el AVE de sus amores.
RAMÓN ÁNGEL ROMERO MARTÍNEZ
Responsable de Infraestructuras Agrupación Territorial
UPyD Región de Murcia