La Región de Murcia sirve de modelo para la reconstrucción del sector agrícola y las zonas rurales de la región de Herzegovina (Bosnia-Herzegovina), que han resultado seriamente afectados por tres años de guerra.
La Consejería de Agricultura y Agua, en colaboración con la Oficina para la Cooperación al Desarrollo, ofreció esta semana un amplio programa de actividades a los miembros de una delegación de la región de Herzegovina, pertenecientes al Centro de Desarrollo Agrícola y Rural (CDAR), que vinieron a Murcia acompañados por el representante de la Oficina Técnica de Cooperación con los Balcanes de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Ventura Rodríguez.
La agenda incluyó una serie de conferencias sobre nuestra agricultura regional, la formación profesional agroalimentaria, los programas de desarrollo rural, el agroturismo, el cooperativismo regional agrario y la modernización de regadíos, así como visitas guiadas a organismos relacionados con la agricultura, tales como el Centro Integrado de Formación y Experiencias Agrarias (CIFEA) de Molina de Segura, el Centro de Demostración y Transferencia Tecnológica El Mirador y cooperativas hortícolas.
Según el director general de Modernización de Explotaciones y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, antes del conflicto bélico, que tuvo lugar entre 1992-1995, “Herzegovina era una región económicamente estable, con sólidas redes comerciales y una economía basada en el sector primario”. Sin embargo, añade, “con la guerra, tanto las infraestructuras como las redes comerciales quedaron totalmente destruidas y actualmente buena parte de la población rural vive por debajo del umbral de la pobreza”.
El responsable autonómico señala que las áreas rurales de Herzegovina cuentan con 660.000 hectáreas de terreno agrícola y la producción se basa en pequeñas explotaciones familiares, que están enfocadas principalmente al autoconsumo y que “representan una vía de subsistencia fundamental”.
Propuestas de Murcia
El Gobierno murciano ha ofrecido una serie de propuestas a las demandas de colaboración planteadas por la Región de Herzegovina, como actividades formativas, demostraciones prácticas para la modernización de la agricultura y la mejora de la calidad y cantidad de las producciones, la formación especializada para la elaboración de programas y proyectos regionales (fondos de la Unión Europea y otras fuentes de financiación), la potenciación de las redes entre los actores del sector agrario, la apertura de canales de comercialización y la creación de cooperativas.
Entre los estudios y proyectos figuran la identificación y declaración de productos típicos y autóctonos, la introducción de variedades de viña, el estudio de localizaciones apropiadas para el cultivo del olivo, la potenciación de una raza de vaca autóctona, denominada 'Busa', la piscicultura, la promoción de la pesca deportiva y el desarrollo rural turístico.
Asociación REDAH
Siguiendo el modelo propuesto por la Unión Europea a todos los países recientemente integrados, se creó la Asociación Regional de Desarrollo Económico de Herzegovina (REDAH), con el fin de lograr la colaboración conjunta de los 23 municipios que la integran.
Según García Lidón, actualmente “la agricultura representa una de las mayores posibilidades de desarrollo sostenible y lucha contra la pobreza en esta región de los Balcanes”. Por ello la citada asociación pretende potenciar el Centro de Desarrollo Agrícola y Rural (CDAR), para que sirva como punto de referencia y coordine las acciones que se den en este ámbito.
El responsable autonómico destaca que el citado Centro debe enfrentarse actualmente a problemas como la falta de definición de la propiedad de los terrenos agrícolas derivada del conflicto bélico, la falta de cualificación de los agricultores, el escaso asociacionismo, la baja competitividad del sector agrícola, la ausencia de estudios de mercado para la comercialización de productos y el desconocimiento de los procedimientos para solicitar fondos de ayudas importantes que otorga la Unión Europea. Todo ello, concluye García Lidón, “provoca un gran éxodo de la población rural, especialmente de los jóvenes, ante la falta de oportunidades en estas zonas”.