El director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Enrique Ujaldón, acompañado por el director del Centro de Restauración de la Comunidad Autónoma, Francisco López Soldevila, entregó al presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País, José Egea, seis obras pertenecientes al patrimonio de la entidad que han sido restauradas recientemente. Enrique Ujaldón destacó durante el acto que “son numerosos los fondos que posee de esta institución y que continuarán restaurando paulatinamente para que la sociedad los conozca, pues reflejan la historia de Murcia”.
Son cuatro retratos al óleo de los siglos XIX y XX de los pintores Luis Ruipérez, Juan Albacete y Manuel Muñoz Barberán, además hay dos cabezas en madera y escayola del escultor José Planes. El importe de las tareas de restauración asciende a 27.000 euros.
La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Murcia fue fundada el 17 de diciembre de 1777, en el marco de la política ilustrada de Carlos III, para velar por los intereses socio-económicos y culturales del país.
Los retratos restaurados pertenecen a la galería de murcianos ilustres que figuraba en el salón de sesiones de la Sociedad, en la calle del mismo nombre, entre los que figuraban los de los políticos Saavedra y Floridablanca, realizados por Luis Ruipérez, y el del médico Manuel Alarcón y Tornero, obra de Juan Albacete.
Junto a estos del siglo XIX, se presenta el retrato denominado ‘Mi amigo Aurelio’, en referencia al entonces joven pintor Aurelio, realizado por el recientemente fallecido Manuel Muñoz Barberán, y dos piezas escultóricas que testimonian la vinculación de José Planes con la Real Sociedad Económica: ‘Cabeza de viejo’ y ‘Cabeza de niña’, de su etapa de formación en los años veinte del pasado siglo.
El estado de conservación de las obras era deficiente. Los lienzos, que estaban intervenidos anteriormente, presentaban reentelados y repintes. Los marcos, de buena factura, se encontraban en mal estado, con pérdidas de dorado y mucha suciedad, además de desajustes en sus uniones. Por su parte, el busto de Niña estaba muy sucio, con una gruesa capa negruzca de grasas, barnices y contaminación ambiental, y ofrecía varias grietas por desencoladuras. El busto de Viejo, de escayola, tenía suciedad superficial y varias pintadas de lápiz.