Madrid, 29 may (EFE).- Un bebé entre los tres y doce meses de vida puede reflejar mediante su expresión facial y vocal hasta seis emociones distintas como son sorpresa, enfado, miedo, asco, tristeza y alegría, que son una forma de comunicación con los adultos, según el estudio "Comunicación Gestual y Prosódica del Bebé".
Esta investigación, llevada a cabo por el Instituto del Bebé Nuk y las Facultades de Psicología de las Universidades de Murcia, Valencia y la de Educación a Distancia y presentada hoy, identificó patrones en las características faciales y vocales de 43 bebés.
Según el estudio, la expresión facial y vocal de un bebé durante el llanto permite distinguir si está llorando por miedo, enfado o dolor, lo que les permite comunicarse con los demás.
Para facilitar ese diálogo, los expertos han elaborado una guía de comunicación gestual y prosódica del bebé -todavía no publicada-, donde describen las expresiones faciales y vocales de los bebés, independientemente del sexo o de los rasgos personales de cada uno de ellos.
"Es un protocolo de registro que describe las reacciones del bebé ante diferentes emociones, algo ya tradicional en los estudios psicológicos dedicados a los adultos y niños, pero que es novedoso al tratarse de bebés", ha explicado Mariano Chóliz, profesor de la Universidad de Valencia y uno de los autores del estudio.
Este profesor cree que a muy largo plazo será posible que los profesionales de la salud identifiquen algunas patologías que sufren los bebés a través de sus características gestuales y vocales durante el llanto.
Ahora mismo, saber identificar las motivaciones del llanto sirve para que padres, madres y cuidadores les ayuden en su desarrollo emocional, potenciando sentimientos y capacidades positivas en detrimento de las negativas.
"Con los niños de más de seis meses, por ejemplo, los padres y los cuidadores deben tener especial cuidado de no atender al llanto más allá de lo estrictamente necesario", ha afirmado Henrique García Fernández-Abascal, catedrático de la UNED.
De lo contrario, pueden potenciar el llanto -y así el sufrimiento-, puesto que el niño cree que por medio del lloro consigue cosas, manipula, y tarda en madurar.
"Muy tempranamente las emociones son moldeadas por el aprendizaje; las nuevas emociones se crean entorno a las que ya tenemos y por lo tanto hay que saber educarlas y desarrollar sobre todo las positivas", ha añadido.EFE