La iniciativa se incluye dentro del Programa de Atención al Ictus que ha elaborado la Consejería de Sanidad

La Consejería de Sanidad, con la colaboración de los laboratorios Pfizer, está realizando un estudio para controlar los factores de riesgo en los pacientes de la región que han sufrido un accidente cerebrovascular o ictus. En este trabajo de investigación trabajan de forma conjunta facultativos de Atención Primaria y neurólogos de Atención Especializada y con él se busca hacer un seguimiento de los pacientes que han sufrido un ictus. Los datos permitirán detectar si se repite el ictus en personas que ya lo han sufrido; se podrán controlar los factores de riesgo como son la tensión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar altos, al tiempo que se hace un seguimiento del tratamiento.

Como señaló hoy la consejera de Sanidad, María Ángeles Palacios, en la presentación este estudio “permitirá conocer a los profesionales sanitarios la realidad de su práctica clínica y adoptar las medidas correctoras oportunas, mejorando así el control de los distintos factores de riesgo vascular y la prevención de nuevos episodios cardiovasculares que puedan ocasionar la muerte de los pacientes que y han sufrido un ictus”.

Programa de Atención al Ictus

Esta iniciativa se inscribe dentro de las acciones del Programa de Atención al Ictus que ha elaborado la Consejería de Sanidad, donde se contempla una aproximación a la patología cerebrovascular aguda integrando a todo el proceso asistencial, esto es tanto la Atención Primaria como la Especializada, al tiempo que se define una red integrada y coordinada de recursos que puedan garantizar a los pacientes con ictus el acceso a tiempo a los servicios específicos adecuados a sus necesidades.

El ictus constituye la tercera causa de fallecimiento entre la población española, su incidencia en la Región de Murcia es de 194 casos por cada 100.000 habitantes.

El Programa de Atención al Ictus contempla distintas fases del proceso asistencial. Desde una primera fase prehospitalaria, donde, por un lado, se tendrán en cuenta todas las actuaciones destinadas a la prevención primaria de la enfermedad cerebrovascular, a través del control de los factores de riesgo, y, por otro lado, se establecerán protocolos para el adecuado tratamiento del ictus por parte de los equipos de urgencias en el ámbito extrahospitalario, donde se centrarán en la identificación de síntomas, tratamiento inicial y el adecuado traslado al hospital.

La segunda fase de hospitalización comprende todas las actuaciones dirigidas a completar el proceso diagnóstico del paciente con ictus y a proporcionar al paciente el tratamiento más adecuado a sus necesidades específicas. Para ello se están constituyendo equipos de ictus en cada uno de los hospitales de la región formados por especialistas que colaboran en el diagnóstico y tratamiento del paciente con ictus, coordinados por un neurólogo experto y que cuentan con unos protocolos sistematizados.

Al mismo tiempo se contempla la creación de unidades de Ictus para el tratamiento más específico de estos pacientes, en este sentido ya está en funcionamiento la primera Unidad de Ictus de la región, que se encuentra en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, donde se ha atendido a 31 pacientes.

La tercera fase posterior a la hospitalización comprende los tratamientos de rehabilitación ambulatorios que siguen al alta hospitalaria y el control de los factores de riesgo en el contexto de la prevención secundaria de la enfermedad cerebrovascular. En esta fase el médico de Atención Primaria tiene un papel destacado en el seguimiento del paciente que ha sufrido un ictus, ya que puede ejercer una importante labor controlando los distintos factores de riesgo vascular y así evitar posibles repeticiones.