Los consejeros de Sanidad y Educación, María Ángeles Palacios y Juan Ramón Medina, acompañados por Fulgencio Madrid, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad, han presentado hoy el Protocolo de Coordinación de Actuaciones Educativas y Sanitarias en la Detección y Diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), que tendrá como principal objetivo diagnosticar lo antes posible este trastorno entre los escolares de la Región de Murcia con el fin de ofrecer el mejor tratamiento posible.
Este Protocolo ha sido elaborado por un grupo de trabajo formado por profesores, profesionales de los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica, pediatras, psicólogos, psiquiatras y pedagogos y, por lo tanto, fruto del trabajo interdisciplinar de profesionales sanitarios y educativos de ambas Consejerías. El Protocolo requiere de una serie de actuaciones de tramitación y consulta de información y documentación entre los centros escolares, por una parte, a través del profesorado y de los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica; los centros de salud de Atención Primaria, por otra, con sus pediatras, y finalmente de los centros de Salud Mental, con sus psicólogos y psiquiatras. El objetivo es el de identificar y diagnosticar precozmente este problema de salud que puede tener importantes repercusiones negativas en la formación y futuro desarrollo profesional de estos niños, contribuyendo a dar respuestas a las demandas y a la mejora de calidad de vida de los afectados y sus familias.
El TDAH es un trastorno crónico de origen neurológico frecuente. Los últimos estudios estiman que lo padece un 5 por ciento de los niños y adolescentes. Los síntomas suelen aparecer antes de los 7 años y es más frecuente en niños que en niñas. Se debe a múltiples factores provocando dificultades en la inhibición y el autocontrol, la planificación del trabajo o el estudio, la memoria de trabajo a corto plazo, la capacidad para fijar la atención en nuevos estímulos y en la elección de información relevante frente a la irrelevante.
El niño con este problema tiene una gran dificultad para prestar atención y concentrarse, presenta un nivel superior de actividad y de impulsividad (parecen incapaces de controlar sus reacciones inmediatas o de pensar antes de actuar) inadecuados para su edad, problemas que suele manifestarse en varios entornos (familia, escuela, amigos…) y, a veces, son lo suficientemente importantes como para afectar al aprendizaje y a las relaciones familiares y sociales.
Los consejeros han destacado la importancia que tiene un diagnóstico precoz de esta dolencia para disponer de las medidas necesarias, farmacológicas y no farmacológicas, individualizadas para cada niño y familia, ya que se consigue la mejoría hasta en el 80 por ciento de los casos, de ahí la importancia de este protocolo. Con estas medidas mejora la atención, se reduce la inquietud e impulsividad, y se ayuda a manejar la conducta, a mejorar la autoestima, el rendimiento académico y las relaciones familiares y sociales.
Sanidad y Educación coordinan un protocolo para la detección precoz de la hiperactividad en escolares
Fuente: carm