Gila: el genio y Manuel Vázquez Montalbán

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Gila: el genio y Manuel Vázquez Montalbán

No hay persona en este país, de un color o de otro, que no haya oído hablar de esta persona/personaje, no ha habido ningún escritor que no haya escrito alguna vez alguna línea sobre él.

Miguel Gila Cuesta (1919-2001) se le define como autor de viñetas de humor, pero especialmente sobre los monólogos humorísticos. Aunque nadie sabe si ese humor es más filosofía que mucha filosofía que se escribe por los grandes vates de los especialistas. Gila es el símbolo de nuestro país, una mezcla de Quevedo y Cervantes, las dos grandes tradiciones culturales, -siempre hay que incluir a Góngora, aquella tercera dimensión, que ante la realidad solo ponen belleza-. Gila pone la belleza de la palabra, para contar y curar las heridas de todos. Durante años, sí años en televisión, si en la televisión nos narro lo absurdo y abstracto y lo patafísico y lo surrealista de la guerra. Aunque dice, que estuvo frente a un pelotón de fusilamiento y se escapó –nunca he sabido si esa noticia es cierta, porque todo pelotón, siempre llevaba un responsable, y, no todos tendrían que estar ebrios…-.

Gila es un genio, Gila fue un genio. Gila fue el psicoterapeuta de varias generaciones de españoles, especialmente después que vino de las Américas, y, se instaló en Barcelona. De Gila, personalmente recuerdo, algunas de sus viñetas, para algunos considerados uno de los mayores genios en este género de la segunda mitad del veinte, sus monólogos en televisión, y, también recuerdo, que el día que estaba en el tanatorio, pasamos la familia por la misma calle, que veníamos del Museo del Barça, -por la mañana en La Vanguardia, había leído su fallecimiento y dónde estaba su féretro, y, que casualidad o azar, pasamos por la misma calle, a unos metros de distancia-, si mi memoria no me falla, y, si es que estaba bien informado…

No sé, si existe en algún lugar de esta Piel de Toro, algún monumento, no solo placa conmemorativa, una escultura de Gila. Si no existe alguien, algún colectivo o entidad, de tantas como existen, deberían hacerla. Hay quién piensa, que La Transición y Gila fueron los dos arietes de la pacificación de los españoles, de las tres o cuatro Españas existentes, durante estos dos últimos siglos. Las tres o cuatro están en el mismo territorio, están aquí. He vuelto a Gila, porque me he encontrado con un artículo del notable escritor y poeta y articulista y periodista Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003), titulado precisamente: Gila o la Encarnación de la memoria, publicado en El País, el 16 de septiembre de 1.989.

Por tanto, estamos mirando, estamos mirándonos en dos grandes espejos, Gila y Montalbán. Como todo en la vida, no sabemos como serán considerados y valorados al final de este siglo, ni siquiera sabemos qué consecuencias tendrán todos los cambios que las tecnologías tendrán, especialmente la informática, en la Cultura. Quién sabe, si dentro de cinco décadas existirán sistemas informáticos que escribirán cientos de novelas cada día, cientos de viñetas de humor gráfico, cientos de monólogos… y que serán tan profundos y tan esenciales y tan conceptuales y tan estéticas, que no existirá persona de carne y nervios, que solo con su cabeza y sensibilidad, sea capaz de distinguir si está realizada por “un programa informático o por una persona de carne y hueso”, el famoso experimento de Turing.

Pero de momento tenemos que considerar ambas personas, como dos grandes monumentos a la cultura, puede que usted o su vecino no estén de acuerdo con la ideología de uno de los dos o con los dos, o, por el contrario si esté de acuerdo. Pero la realidad es que son monumentos de la cultura de estos últimos cinco décadas, digamos de la segunda mitad del siglo veinte y algo del siguiente… al final, tenemos dos grandes modos de conocer algo de la realidad, uno es el científico, y, otro es el humanístico.

En el humanístico entran las letras, las artes, incluso el humor, el humor del teatro, al final, el monólogo es una variedad del género del teatro, o del humor en viñetas. Necesitamos reír y reírnos y sonreír y sonreírnos de nosotros mismos. Para no morirnos de tristeza y de angustia y de pena necesitamos la risa y la sonrisa. Por eso existen, personas que pueden vivir profesionalmente de este oficio y profesión. Incluso en las situaciones trágicas, siempre existe un momento, de cierta ironía, de cierta sonrisa, es como si la mente necesitase ambas realidades, no puede vivir y existir solo con la rutina, con lo negro, con lo diario, con lo gris, sino que necesita un poco de color, un poco de sonrisa –dicen, que incluso en las situaciones límites, si duran un cierto de tiempo, aflora algo de la risa y de la sonrisa…-.

Creo que en estas semanas, en este hoy que estamos viviendo en esta Celtiberia, necesitamos más que nunca recuperar a Gila. Quizás, quizás Gila nos podría permitir volver a reírnos un poco de nosotros mismos y del pasado. Sugerencia a quién quiera escucharla, porqué alguna televisión, no vuelve a transmitir esos monólogos después del telediario de la noche, un día a la semana o dos a la semana, quizás, al ver otra vez a Gila y su guerra, quizás seríamos capaces de curarnos las heridas, que parecían curadas, pero que parece siempre están aflorando.

Mientras tanto, lea y relea algunos de los nueve/diez mil artículos de opinión de Montalbán, porque entenderá el mundo, la realidad desde una perspectiva diversa y diferente, Aunque usted o “su vecino Jose”, según el anuncio, no estén de acuerdo con todas las ideas de ese autor, también es bueno, tener en cuenta todas las perspectivas… Paz y pan y pax y bien, cosas que tanto necesitamos aquí y ahora mismo, y, sosiego, y sosiego y sosiego…

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