
En enero del 2026 se cumplirán 20 años desde que Al Gore (vicepresidente USA) dijera que en el 2016 se acabaría el mundo. Han pasado casi 20 años, y el mundo sigue vivo. De aquel famoso documental tan catastrofista "Una vida incomoda", no se ha cumplido nada.
A pesar de no ocurrir nada, Naciones Unidas con la resolución 66/288, inicio en el 2012 el proceso para definir los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Se revisaron los problemas a los que se enfrentaba la humanidad, buscando soluciones para esto.
El 25 de septiembre del 2015 se crea la famosa AGENDA 2030 "Con el compromiso a favor de las personas, el planeta y la prosperidad. Dicha Agenda también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia". Solamente tenemos que echar la vista atrás para ver que todo este gran follón, es una GRAN MENTIRA
Toda la argumentación del cambio climático viene del año 1896, cuando el científico sueco Svante Arrhenius escribió un artículo donde predijo, por primera vez, que los cambios en los niveles de dióxido de carbono atmosférico podrían alterar, sustancialmente, la temperatura de la superficie a través del efecto invernadero. Según Svante dichos cambios podían ser naturales, debido a variaciones en la actividad solar, o erupciones volcánicas grandes (en ningunas de las dos intervienen las personas). También afirma que desde el siglo XIX las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático debido, principalmente, a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.
Tal filosofía, está llevando a Europa a grandes convulsiones: el cierre de las minas de carbón, la eliminación de las centrales nucleares, encarecimiento de todos los combustibles fósiles, la desindustrialización europea, la deslocalización del todo el sector primario, el derribo de pantanos, presas y azudes, etc. con una única obsesión, la de no contaminar. Sin embargo, China, la gran beneficiada del descontrol europeo, contamina diez veces más que toda Europa.
Son muchos los científicos y políticos que afirman que estamos inmersos en un cambio climático acelerado como consecuencia de la mano del hombre, en especial por las emisiones de los gases invernadero. Una teoría que han comprado los gobiernos de prácticamente todos los países y que han plasmado en el Protocolo de Kioto o el Tratado de Paris.
Por ello, más de 1.600 científicos y profesionales se han unido bajo la declaración "There is no climate emergency" (No hay emergencia climática) para preparar, lo que han llamado, un "mensaje urgente" en el que denuncian que, "la ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas, deberían ser más científicas". Según explican en el manifiesto promovido por la fundación Climate Intelligence, el archivo geológico revela que el clima de la Tierra ha variado desde que existe el planeta con fases naturales frías y cálidas. "La Pequeña Edad del Hielo terminó en 1850, por lo tanto, no sorprende que ahora estemos experimentado un periodo de calentamiento".
Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) han estado en el punto de mira de todas las críticas, sin embargo, el CO2 es alimento vegetal, "la base de toda la vida en la Tierra"
Esperemos que rija la cordura, se desenmascaren todas estas teorías fatalistas y catastrofistas y, que el objetivo de la política global sea la de prosperidad para todos, con energía fiable y asequible en todo momento.
José García Martínez.