El Gobierno de España ha anunciado una posible subida del 2,8% para las pensiones en 2025, siguiendo la norma de revalorizarse según el IPC, sin embargo, este incremento está generando debate, especialmente entre los pensionistas que perciben ingresos más bien bajos. La realidad económica actual, caracterizada por un aumento generalizado de los precios, hace que esta medida se perciba como insuficiente para mantener el poder adquisitivo de los pensionistas.
En los últimos años, España ha enfrentado una inflación significativa, derivada en parte de las consecuencias de la pandemia, el encarecimiento de los productos energéticos y las tensiones geopolíticas, como las guerras de Ucrania y Oriente Medio.
Aunque la inflación ha mostrado signos de moderación en 2024, los efectos acumulativos de años anteriores aún afectan severamente a la capacidad adquisitiva de los pensionistas.
Las pensiones más bien bajas que rondan los 1200€, resultan insuficientes en un contexto donde el coste de la energía, los alimentos y los medicamentos siguen en aumento, en alimentación lo que sube no vuelve a bajar.
Las guerras de Ucrania y Oriente Medio han generado incertidumbre económica global, afectando a los precios de materias primas esenciales como el petróleo, el gas y los alimentos. En este contexto es razonable prever que el coste de la vida puede seguir aumentando, lo que presionará aún más a los pensionistas, especialmente a aquellos con ingresos más limitados.
Además, la inflación de bienes básicos (alimentos y suministros energéticos) suele ser más alta que la inflación general, lo que afecta desproporcionadamente a estas personas, ya que dedican una mayor proporción de sus ingresos a estos gastos.
Para garantizar que estos pensionistas puedan mantener su calidad de vida, sería necesario que el aumento de estas pensiones más bien bajas para 2025 se situara en un rango entre el 4% y el 6%. Este incremento no solo ayudaría a mitigar los efectos de la inflación acumulada, sino también ofrecería unos mínimos soportes frente a posibles aumentos de precios derivados de las tensiones políticas internacionales, que será lo más probable, también existen pensionistas que están pagando una hipoteca o un alquiler, algo que les resta aún más poder llegar a fin de mes.
Para abordar estas cuestiones sería prudente considerar:
Subidas mayores para las pensiones más bien bajas, priorizando a los pensionistas con menos recursos.
Revisar que cada pensionista tiene sus características distintas, considerando también la región y la zona donde viva.
Ayudas para cubrir gastos esenciales, como energía, vivienda y medicamentos, especialmente en contextos de crisis.
La sostenibilidad del sistema de pensiones es una preocupación legítima, pero también lo es la necesidad de garantizar un ingreso digno para los pensionistas, con lo cual un incremento del 2,8% para 2025 considero que es quedarse corto para estos pensionistas, frente a los retos actuales y que el resultado de aplicar ese porcentaje a una pensión de 1200€, sinceramente no les alcanza ni para el pan diario del mes.