España es, desde hace años, un lugar de multiculturalidad, multiculturalidad que se agrava en las grandes ciudades.
Hace poco leí que nuestro país cuenta con más de 170 nacionalidades de los cinco continentes.
Son muchos los barrios y escuelas en los que lo normal es no coincidir ni en la lengua ni en la raza, y me pregunto si eso es lo correcto : ¡Por supuesto que no! Lugares y rincones de nuestra geografía son compartidos por gentes con creencias distintas, con tradiciones, costumbres, olores y colores diversos que nada tienen que ver con lo que ha sido y es España.
Las diferencias entre culturas no enriquecen el aprendizaje de los más pequeños, y a pesar de lo que nos venden, tampoco amplían la visión a las múltiples realidades del mundo que vivimos, y tampoco lo acercan a él.
No es bueno pensar y transmitir que no poseemos más derechos que otros de fuera que pisan nuestra tierra, y eso Vox lo defenderá ahora y siempre.
No hay que ignorar el lugar de nacimiento de quien entra en nuestro país, y esto no es arma arrojadiza, es sentido común, el sentido común que únicamente Vox posee.
¿Por qué? Porque los deseos, los sueños y las preocupaciones de los españoles deben ser distintas a las de cualquier persona extranjera.
Siempre he pensado que la diversidad cultural no es riqueza, tampoco es prosperidad, y ni mucho menos prosperidad solidaria : la riqueza de una nación es sólo suya, de nadie más.
La historia prueba que la interculturalidad es un fracaso, con más sombras que luces, y es que esta interculturalidad no conoce la amabilidad, la hospitalidad... La multiculturalidad es maestra en la difusión de bulos, prejuicios y experta en la manipulación social, y eso Vox no lo va a consentir.
Muchos hechos dan buena cuenta de que en España y en otros muchos países europeos se ha instalado el sufrimiento a causa de esta terrible multiculturalidad : no se puede permitir que el infierno de la interculturalidad nos arruine como nación, porque esa misma interculturalidad va en contra de los derechos humanos.
Es bueno indicar que los dramas humanitarios son provocados por muchos gobiernos, quienes pagan a las mafias para ir destruyendo poco a poco la soberanía de los pueblos.
El origen y consecuencias de la multiculturalidad se encuentra en la información tergiversada, y esta información produce cabreo, desastre, descoordinación...
Es de recibo indicar que las crisis humanitarias, que luego dan origen a la horrenda multiculturalidad, siempre están en la agenda política de muchos gobiernos, ya que movimientos y acciones de muchas fuerzas políticas relacionadas con la izquierda, son falsas : tienen como objetivo el voto electoral.
En resumen, y acudiendo al refranero : “Cada uno en su casa y Dios en la de todos”.