Una tragedia que nos cuestiona como sociedad

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Una tragedia que nos cuestiona como sociedad

Las terribles imágenes de diferentes zonas afectadas por la reciente DANA, nos muestran los efectos desastrosos que con importantísimas pérdidas de vidas humanas, con especial incidencia en Valencia, e incontables daños materiales nos cuestionan como sociedad.

Y lo hacen no porque pensemos que se puedan evitar totalmente los desastres que las fuerzas de la naturaleza puedan producir, sino porque nos plantean si, instituciones y ciudadanía, actuamos correctamente para minimizar los daños que estos fenómenos puedan ocasionar.

Desde Segura Transparente Vega Baja manifestamos nuestra solidaridad con todas las personas afectadas y esencialmente con las familias de las personas que han perdido la vida en esta DANA, al tiempo que nos ofrecemos a ayudar, en la medida de nuestras posibilidades, en la recuperación de la normalidad de las zonas afectadas.

La cuenca del Segura tiene una larga historia de inundaciones que, en ocasiones, produjeron también pérdidas de vidas humanas.

Recientemente, en la Vega Baja del Segura se recordaba con diferentes actos los desastres producidos, en septiembre de 2019, por una DANA que provocó la inundación de buena parte de nuestra comarca con las consiguientes pérdidas de todo tipo.

Esa fecha fue el punto de partida de una reflexión sobre las causas que habían favorecido los desastres que provocó la DANA.

Entre ellas están: la falta de capacidad del río para evacuar caudales superiores a 400 m³/seg, la necesidad de laminación de ramblas, la incapacidad de la red de avenamiento para llevar a la desembocadura las aguas desbordadas, la inadecuación de alguno de los espigones de la desembocadura, la planificación urbanística siendo urgente, en este tema, la aprobación del Plan de Acción Territorial (PATVB) que ponía orden en el urbanismo comarcal y tenía en cuenta en qué lugares se podía construir y en cuales no, evitando así toda una serie de irregularidades, como la ocupación de parte de terrenos que eran los desagües naturales de ramblas que.

con frecuencia, ha ocurrido: A esto siguió la redacción de una serie de proyectos para tratar de minimizar (dado que como la mayoría de localidades estamos en lo que históricamente era la llanura aluvial del río las inundaciones no se podrán evitar) repetimos, minimizar los daños de fenómenos similares, proyectos que incluyen una serie de actuaciones destinadas a ese fin y que, hasta la fecha, las más avanzadas sólo están en fase de proyecto.

Somos conscientes que ahora lo fundamental es atender a las personas y ayudarles a resolver los daños que la DANA les ha provocado.

A renglón seguido, desde los gobiernos, confederaciones hidrográficas y entidades concernientes hay que poner manos a la obra para evitar o, si como en nuestro caso no se pudiera, minimizar, que desastres como el actual se repitan.

Declaraciones recientes de personas autorizadas en materia de climatología nos dicen que los fenómenos de DANA en el arco mediterráneo agravados por la situación de cambio climático que estamos viviendo, serán cada vez más frecuentes y que debemos acostumbrarnos a vivir con ellos.

Es por tanto necesario que esto sea tenido en cuenta en el diseño de todas aquellas políticas, urbanísticas, de vías de comunicación, incluyendo también la remodelación de las infraestructuras existentes, que puedan actuar como agravantes de daños.

Necesitamos también que las autoridades tomen conciencia de lo que significan las alarmas amarilla, naranja y roja.

Que planifiquen, con tiempo suficiente, qué medidas deben adoptar obligatoriamente en cada caso.

Además, han de hacer pedagogía para que la ciudadanía sepa cómo debe actuar.

Son necesarios planes de emergencias locales, comarcales, provinciales y autonómicos.

A buen seguro que todo esto contribuirá a la seguridad de la ciudadanía, al tiempo que se reducirán los daños que futuros fenómenos naturales puedan producir. 

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