El individualismo ha ganado terreno en muchas sociedades, especialmente en las occidentales. La cultura del "yo" se ha visto reforzada por un enfoque en el éxito personal, que puede llevar a comportamientos egoístas, donde priorizan sus propios intereses sobre los demás.
Existe una crisis de valores que puede estar relacionada con cambios en las estructuras familiares, educativas y comunitarias, al igual que los medios de comunicación y la cultura popular, que también juegan un papel importante, la glorificación del éxito material y la fama, a menudo sin importar los medios para alcanzarlos, puede enviar mensajes contradictorios, sobre lo que es valioso y deseable, que puede llevar a una erosión de verdaderos valores como la honestidad, la integridad y el respeto.
Del mismo modo la tecnología, aunque ha conectado al mundo de muchas maneras, también ha creado una desconexión en las relaciones humanas, la comunicación digital puede ser superficial y carecer de la profundidad y la empatía que se desarrollan en interacciones cara a cara, esta falta de conexión puede contribuir a una falta de comprensión, fomentando comportamientos más fríos y calculadores.
Hoy en día la educación se ha centrado más en el rendimiento académico y menos en la formación integral del individuo, con lo cual la falta de educación en valores puede llevar a una generación, que para nada valora la honestidad, el respeto y la cooperación, que en cierto grado unido a la familiaridad con la tecnología, existe mucha más facilidad con la que se puede difundir información falsa y la anonimidad que ofrece internet puede fomentar comportamientos hipócritas y deshonestos, aunque por suerte, aún existe un cierto porcentaje de población que sabe actuar con educación, respeto y honestidad, valores que se van perdiendo, con el paso de unas generaciones a otras.
Lo que está demostrado es que vivimos en una sociedad bastante caótica, en muchos aspectos, por el simple hecho de no pensar, tampoco realizan ninguna actividad, ningún pasatiempo después de terminado su ciclo de trabajo, no sienten el más mínimo interés en practicar absolutamente nada, porque la mente al igual que el cuerpo, se debe de mantener activa, el mayor tiempo posible, seguir siendo creativos, tener nuevos propósitos, objetivos, conseguir metas, pero estamos en una sociedad donde domina el individualismo, el aislamiento y cada vez más el aumento de pérdida de valores.
Como ejemplo, la primera impresión juega un papel crucial, en cómo se percibe a los demás, pero a menudo, esta impresión se forma en los primeros minutos de interacción y puede ser difícil de cambiar, debido a que se basan en estereotipos, que suelen llevar a conclusiones incorrectas, con lo cual provocan malentendidos y juicios erróneos.
Para evitar sacar estas conclusiones precipitadas, es muy importante pararse a pensar un poco, tener una mente abierta y lo más importante, no prejuzgar con la mínima información que se percibe en tan poco espacio de tiempo.
CONCHI BASILIO