Muchas veces me quedo pensativo y empiezo a recordar el nombre de la gran cantidad de libros que he leído: es un viaje alucinante con mis letras.
Recorro mentalmente mis años cursando BUP y COU, y posteriormente mis estudios de Filología Hispánica, y sonrío interiormente: es una sonrisa que desprende recuerdos maravillosos asociados a los libros, a la literatura española, a las letras...
¡El Medievo! Me acuerdo del Arcipreste de Hita y su Libro de Buen Amor, del anónimo Cantar de Mio Cid...
¡El Siglo de Oro! Recuerdos de lecturas como El Quijote y las Novelas Ejemplares de Cervantes, el teatro de Lope de Vega con piezas como El Caballero de Olmedo o Fuenteovejuna...
¡La Ilustración! Disfruté leyendo la obra teatral El sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín...
¡El Naturalismo! Con la descripción de paisajes en Los Pazos de Ulloa de Emilia Pardo Bazán...
¡El Costumbrismo! Lees los Artículos de Costumbres de Larra y no deseas que acaben...
¡El Romanticismo! Mencionar a Bécquer con sus Rimas y sus Leyendas es dar vida a tu corazón...
¡El Realismo! Te adentras en la lectura de Fortunata y Jacinta de Galdós, y tus ojos gozan con esa prosa tan auténtica...
¡El Modernismo! Los sentimientos de Juan R.
Jiménez en los versos de su Antología Poética te enternecen...
¡La Generación del 98! Las miradas sociales e íntimas expresadas en texto en las trilogías de Pío Baroja nunca pueden faltar...
¡La Generación del 27! La ruta de don Quijote de Azorín te enseña como es un libro de viajes afianzando el contexto histórico...
¡La novela de posguerra! La Colmena de Cela y El Jarama de Sánchez Ferlosio son obras imprescindibles para entender que no todo autor puede jugar con tanto personaje, y con una calidad increíble.
En fin, que yo viajo con mis letras...
¡Me siento bien!