Dedadas de miel

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Dedadas de miel

Siempre es un acierto y aliciente pensar en mis amigos de Cieza y Murcia cuando montan en sus casas verdaderos altares futboleros ante un derbi del Atlético de Madrid, el cual marca pasiones en y desde sus casas repletas de bufandas, sombreros atípicos y toda clase de productos que nos hablan de alta calidad futbolera. No se equivocan. Pues bien, mañana 25 de mayo, sábado, el que les escribe, también se pondrá de gala como si fuese a una boda real y no es para menos. El día se lo merece.

Colegas de camino y pensamientos de vida venidos de lugares tan dispares como: Japón, China, Kenia, Australia, Nigeria, España, Filipinas, Francia, México, Suiza, Camerún, Estados Unidos, Brasil, Congo, Suecia, Italia, Paraguay y otros países, hombres de grandes miras, talla humana al estilo de las secuoyas americanas, hombres que a sus espaldas llevan horas desde sus diferentes trabajos profesionales, 29 en total, procedentes de 19 países, serán ordenados sacerdotes mañana a las 10,00 horas en Roma de la mano de Monseñor Toshiro Sakai, obispo auxiliar de Osaka-Takamatsu (Japón). Todo ello en la Basílica romana de San Eugenio. La champions League, al lado de esto, se queda corto miren por donde lo miren. El tema se las trae.

Dentro del mundo que nos contempla cargado de individualismos, relativismos, temores al hoy y al mañana, se supone que sus familias y amigos estarán impactados, mira por dónde, allí donde creíamos que estos mundos andaban desgajados y desérticos de miradas a Dios, 29 hombres de lugares muy diversos de nuestro planeta han decidido dar un paso adelante y entregarse a Dios y como consecuencia también a los demás. Todos ellos, gracias a las dedadas de miel que Dios les ha ido dando desde hace tiempo, cada uno, en su trabajo personal, ha sentido la llamada de Dios a su puerta a través del Opus Dei.

Me consta que la Iglesia, como madre y con los brazos abiertos sigue recibiendo vocaciones con mucha frecuencia, muchas veces desde donde más de uno no daba un euro a vislumbrar que desde esa aldea o pequeña población, lejana e inhóspita, al estilo de la historia de los inicios de Lourdes, saldría todo un manantial. Y es que Dios, así lo creo, sigue actuando de lo lindo a pesar de los pesares. Inglaterra podría hablar de la cantidad de conversos que está habiendo como en tantas partes del mundo. La lógica de Dios y de las personas distan bastante. No nos olvidemos de las historias de nuestros abuelos cuando nos contaban el viaje de los Tres Reyes Magos que, abandonando el lugar de su residencia, donde es posible tuviesen un cierto poderío y estaban bien considerados, dejaron sus intereses personales por algo que nos puede parecer una nimiedad: simplemente una estrella. Estos sabios hombres que se ordenan mañana, no me cabe duda, lo han hecho por un motivo divino, por un motivo que vale la pena.

Esto que pasará mañana en Roma, vean como lo vean, es un milagro y no pequeño. ¿No es verdad? Son personas, así lo veo, que se han fiado de Dios, de su Creador, les gusta el mundo como a cada uno de nosotros, el deporte, las juergas, las buenas tertulias con amigos, una buena cerveza con un ser querido, pero por encima de todo, cabeza y corazón la han puesto a los pies de Cristo para que sólo Él sea su centro nuclear. Nosotros hemos de alegrarnos, pero sobre todo nos puede ayudar a que merece la pena vivir de cara a Dios, pero con los pies en la tierra. Ello llevará a que vivamos más alegres y con menos sinsabores. Apostar por el equipo ganador, como estos nuevos sacerdotes debe ser objetivo nuestro y, lo mismo, si deseamos empezar de nuevo lo tenemos fácil: acercarnos a un buen sacerdote y abrir el alma.

¡Felicidades a estos campeones que han sabido elegir y que, tanto bien harán a muchos allí donde realicen su tarea pastoral! Todos, si lo deseamos, también podemos recibir esas buenas dedadas divinas. Es cuestión de proponérselo. Mañana será un gran día para la Iglesia Universal pero más aún para San Josemaría Escrivá: me lo imagino bailando por soleares en el cielo como mínimo.

MARIANO GALIÁN TUDELA

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