Se habla de personas con dos personalidades, o, sin ser de dos personalidades personas que juzgan lo ancho para mí y lo estrecho para ti. O, es divergente en los criterios.
Existimos, dicen, en una lógica bifronte, el sí y el no. También existen lógicas que llaman difusas, o que pueden existir distintos valores, no solo el sí o el no, sino la duda, la posibilidad, etc. Se indica que los ordenadores cuánticos, pueden calcular o podrán hacerlo distintos estados de la materia, de la partícula, con lo cual, se abrirán horizontes que no podemos imaginar –efectivamente, yo, yo no puedo imaginarlo, no sé, ni siquiera lo que quiere decir-.
Para muchos, que un articulista indique que no sabe sobre un tema, es invitar a los lectores, a que dejen de leer ese texto. Pero yo pienso que la sinceridad es la gran arma e instrumento de la convivencia humana, al menos, de buscar la sinceridad con verdad, aunque no siempre se pueda expresar lo que consideres verdad, ni lo que consideres sinceridad…
Hay quienes piensan que el principio de identidad, de tercio excluso y de contradicción que es la base de toda la lógica y matemática que mueve y conmueve en el mundo, no es totalmente cierto y verdadero, y, que se abrirán otras lógicas y otras matemáticas, superando esos tres principios que son lógicos y ontológicos, es decir, del pensar y del ser o de todos los entes. Por tanto, aquí hay como una puerta que se está abriendo a concebir realidades de pensamiento que quizás, no podamos imaginar todavía, aunque se están viendo algunos rayos de luz o de sol. Es como eso del número “i” o imaginario, que como no entiendo de matemáticas, me tiene eclipsado, porque no puede existir la raíz cuadrada del menos uno, pero que dicen es la base esencial de la ingeniería actual. (¿Y, la raíz cuadrada de menos cinco? ¿De cada uno de los números primos pero en negativo?).
Observa usted, todas las cosas que desconozco, pero que tengo que orillar para entender y comprender algo del mundo. Incluso aunque redacto modestos artículos de opinión, que no sé, cuántas personas terminarán de leerlos enteros. Ni menos, que los releerán. Porque lamento indicarle, que las palabras e ideas e imágenes que plasmo, son con intención de que usted, mire su corazón, no que diga que bien escribe este fulanito. No, mi deseo es que usted profundice más en la veracidad y en la bondad y en los bienes de la realidad… Es en definitiva, que se detenga, si es que tiene tiempo en el autobús y en el metro, a decir, quizás, aquí, existe una pequeña perspectiva, que puede darme una nueva visión. No quiero convencerle de ninguna ideología, porque no sé, no sé de cual debería convencerle o persuadirle o razonarle, que todos esos verbos se utilizan.
A veces, me digo a mi mismo, los articulistas de opinión, nos ocupamos de pequeños misterios de la vida humana. ¿Por qué una persona admite un derecho humano y no admite otro…? ¿Porqué una entidad ideológica sociopolítica, cambia o no cambia de opinión sobre un tema, durante siglos…? ¿Por qué estamos tan retrasados en las materias de la gestión sociopolítica del ser humano, y, tan adelantados en cuanto al nivel técnico y científico…? ¿Por qué no encontramos una solución a tantos males sociales y personales que existen en el planeta, incluso, admitiendo que hemos avanzado una barbaridad…?
Es como si la mente humana tuviese dos modos de regir y de registrar el mundo, de pensar y de ser y de estar. En algunos temas, de y sobre algunas personas. Es como si apenas hubiésemos conocido el misterio y el enigma de la conciencia e inconsciencia humana. Es como si en la etapa fetal, apenas estudiada todavía, se fuesen conformando redes neuronales y psicológicas y moleculares, que después, tendrán enormes incidencias sobre la vida. No solo los tres primeros años, no solo los seis primeros años, no solo los quince primeros años…
No sé, como, ya que he conocido, demasiadas personas, durante años, dicen que la verdad está en zeta, y, de la noche a la mañana se cambia a equis. Todo el mundo tiene que evolucionar, todo el mundo tiene el derecho de hacerlo, porque como la cabeza es redonda, los pensamientos tienen que dar vueltas, como expresan algunos filósofos y pensadores, entre otro Savater. Pero, uno le huele a carbón quemado, que evolucionan siempre al paraguas más grande del poder…
Todo esto, y, más cosas, que debe usted deducir e inducir, me han venido a la cabeza, al enfrentarme y confrontarme, con un artículo del notable columnista y escribiente y escritor y polígrafo, un tal Francisco Umbral, que no sé, si usted habrá oído hablar de él, de él alguna vez… -no citaré adrede, ni el artículo, ni la fecha, ni el medio-. ¿En fin, le pregunto, me pregunto, tenemos alma inmortal o no tenemos alma inmortal…?
¿Si tenemos alma inmortal, si existe Dios, si cada ser humano tendrá un Juicio Particular ante Dios, tendríamos que actuar en esta vida de un modo diferente, o no…? ¿Es suficiente señor Kant y la Ilustración, es suficiente al ser humano para darse una ética y una moral autónoma, o, el ser humano, a falta de otra cosa, necesita, esa moral autónoma, pero hay que completarla con una moral y ética trascendente…? ¿O, las grandes barbaridades que se hicieron en el siglo veinte, fueron por sistemas sociopolíticos, que no creían en Dios, ni en el alma inmortal individual, ni en el Juicio Particular…? ¿Aunque no creyésemos en todos esos principios metafísicos, no sería necesario, aparentar seguir creyendo o utilizando esos conceptos, algo así, como el número “i” o imaginario, para poder vivir y existir en el mundo, y, que no nos autoextingamos…?