"Sectarismos", por Mariano Galián

Autor:

Aunque el concepto de la envidia bulle por toda esquina e incluso suele decirse que es uno de los grandes males de nuestra querida nación, también, en nuestros fueros internos, existen otros gérmenes que no se quedan atrás y este es el puro "sectarismo". El que hunde sus raíces en los vientos del prejuicio, la intolerancia y hasta la mismísima estupidez. Cuando nos topamos con alguno de ellos observamos que necesitan encasillar a otros dentro de un grupo concreto. Es capaz de no concebir que fuera de tal grupo pueda haber sensatez, honradez y buen corazón. Los prejuicios y estupideces, tales hierbas, nos manifiestan que tales personajillos poseen en grado supremo un espíritu de soberbia y vanidad fuera de lo común. El "piensa mal y acertarás" sigue estando entre nosotros e incluso, a más, por esa forma de pensar se cree capaz de poseer una inteligencia sublime. Todo este ambiente descarriado, por desgracia, suele ser un líquido viscoso que deambula entre nuestra clase política.

Ya puestos en este escenario, no se admite reflexiones ni críticas, todo es una aniquilación del mundo de la razón. No se distingue entre criticar las ideas y el respeto a los otros y, no entiende, para más, que se pueda estar en contra de cualquier postura al respecto de la mujer, que tanto se manosea hoy día y al mismo tiempo defenderla por encima de todo. También podríamos hablar del hombre. Así, dicho anteriormente, el prejuicio y la estupidez nos llevan a engendrar la dichosa intolerancia, ya que rechazando argumentos que proceden desde la razón conllevan todo ello que esta reivindica, así como la libertad de todo aquel que, pensando y actuando en conciencia, no se ven en bando alguno y procuran hablar y argumentar con todos.

Calificar a este o a aquella, aparte de mala educación no es fruta que me complazca. Menos aún lo de derechas o izquierdas, progresistas o conservadores, creyentes o no creyentes, blancos o negros. Así, echando un vistazo a España podemos llegar a entender que está como está. Desde Zapatero hasta hoy esto no ha parado ni se desea que pare. Parece que algunos, para enarbolar sus ideas y banderas necesitan estas basuras para ser felices y vender sus productos. Así, tal cual, si deseamos regenerar nuestra nación, si ansiamos paz y prosperidad, les propongo cuatro aspectos que lo mismo es hasta posible que nos sirvan para algo.

Estimular el desarrollo y la capacidad de pensar por uno mismo y no dejarnos llevar por ningún medio de comunicación. 2. Ser capaz de decir, si existe libertad, lo que uno es capaz de pensar e incluso equivocarse ante su postura, en vez de dejarlo en manos de "vete tú a saber", por ejemplo: políticos, profesores universitarios o lo que hayas escuchado en tu propia casa.3. Tener la gracia suficiente de ser respetuoso con lo que opinan los demás, en vez de pensar que no tienen nada interesante que aportarnos. 4. Adoptar una disposición abierta y de ayuda a los demás a cambio de nada, empezando por las personas más cercanas a uno mismo.

Es posible que ustedes crean estoy en la utopía más absoluta, pero no lo es. ¿Creen ustedes que no son unos cuantos, pocos, los que así piensan? Pues la regeneración de la que les hablaba anteriormente, hasta es posible que dependa de ellos. Lo utópico es pensar que todo este pensamiento de tercera o cuarta categoría concierne solamente al mundo político y no es así según lo veo. Hay por el mundo mundial demasiadas iniciativas que nos muestran que el camino a recorrer es otro muy distinto, la de cultivar en la ciudadanía, usted mismo, el desarrollo de las cuatro capacidades planteadas anteriormente.

En este agosto calentito, desde la playa, piscina, sofá o mundo rural, si lo está leyendo, deseo que siempre existan personas e instituciones que permitan alojar en sus fueros auténticas esperanzas, respeto y democracias reales y no, a lo que nos acostumbran estos mundos plagados de vaivenes, de mera demagogia e incluso de ciencia ficción.

MARIANO GALIÁN TUDELA

Sectarismos, por Mariano Galián - 1, Foto 1
Murcia.com