En su obra autobiográfica "El hombre en busca de sentido", Frankl concreta que "el modo en que un hombre acepta su destino y todo el sufrimiento que este conlleva, la forma en que carga su cruz, le da muchas oportunidades -incluso bajo las circunstancias más difíciles- para añadir a su vida un sentido más profundo. Puede conservar su valor, su dignidad, su generosidad".
"Aceptar" es la dimensión superior del amor personal. No es "recibir", pues se reciben cosas; en cambio, se aceptan personas. Si se aceptan males inferiores por motivos superiores, personales, se dota de sentido personal a tales males y, obviamente, estos son compañeros de camino del hombre en este mundo.
En efecto, más tarde o más temprano el sufrimiento hace acto de presencia en la vida de todo hombre. En esta tristeza, Frankl recomienda aceptar el sufrimiento porque revelarse contra él parece comportar todavía más sufrimiento, ya que, además de sufrir, se padece sin sentido: "Cuando un hombre descubre que su destino es sufrir, ha de aceptar dicho sufrimiento, pues esa es su sola y única tarea. Ha de reconocer el hecho de que, incluso sufriendo, él es el único y está solo en el universo. Nadie puede redimirse de su sufrimiento sin sufrir en su lugar. Su única oportunidad reside en la actitud que adopte el soportar su carga". Dice Juan Fernando Sellés.
Así como no existen dos personas iguales, tampoco hay dos modos iguales de llevar la misma enfermedad o el mismo dolor. La actitud que se toma ante esos males muestra la dignidad de cada quien, pues más digna es una persona según sea más elevado el motivo por el que sufre.
Debemos pensar que el sufrimiento evitable nos puede jugar una mala pasada, ya que suele ir aparejado algún beneficio que nos introduce como en una especie de anestesia con el fin de que los demás se fijen en mí o el "quejarme" por ese sufrimiento de forma permanente para no luchar en liberarnos del mismo.
El sufrimiento que se puede evitar, hay que liberarse lo antes posible, y aquel sufrimiento que no podemos desprendernos, tenemos que encontrar la forma de encajarlo de la mejor forma en nuestra vida. Siempre podemos contar con ayuda.
Debemos de llevar cuidado en un caer en la trampa que nos invita a ser las victimas ante la vida. No podemos refugiarnos en el sufrimiento para cubrir otras necesidades internas. El sufrimiento como la felicidad nos ayudan a crecer, pero utilizarlo de manera consciente para la consecución de otros proyectos es peligroso. El problema del sufrimiento no es el sufrimiento en sí mismo, forma parte de la vida, sino como encaramos o enfocamos ese dolor en nuestras vidas.
Te deseo mucho ánimo en esta aventura de la vida, y como te digo anteriormente siempre hay alguien que te puede tender una mano, pero el verdadero sentido de tu vida depende única y exclusivamente de ti.
Miguel Cuartero
Orientador Familiar
Formado en Logoterapia por Asociación Española de Logoterapia Madrid
Correo electrónico: correo@viktorfranklregiondemurcia.org
