Leo en Redes Sociales la siguiente noticia del Gobierno Regional Murciano en su Área de Transparencia y Participación: "Este domingo 16 de Abril a las 10,45 h el programa "Corazón Solidario" de la 7 Televisión Murciana aborda la Agenda 2030 y los Derechos de la Infancia con las preguntas de niños y niñas a la Vicepresidenta Isabel Franco y al Director General de Transparencia Vilaplana junto al Comité de Murcia de Unicef. Te quedas de piedra si sabes qué sustrato tiene la dichosa Agenda y a qué submundo llevan a los niños para que ya, desde pequeños amen, se apasionen, alardeen y hasta gloriar a esta santa diosa venenosa . Estamos pues ante un inicio más de la corrupción mental, donde jugando…jugando te "llevo al huerto más absoluto", huerto que limpia y lija por las bravas la buena infancia. Ya que con los padres no podemos: "empecemos por sus hijos".
En Murcia tenemos a un insigne filósofo y profesor universitario, Higinio Marín, del que me he permitido recoger alguna de sus ideas más importantes en una entrevista realizada para la Revista "Misión". Ahí dejo un buen resumen para tanta gente buena de nuestra tierra que, llevada por el corazón y no por la cabeza, sin culpa alguna, creo van a llenar las urnas a los amigos del Sr. Feijóo, por miedo a que siga el mismo presidente del Gobierno, sin tener en cuenta que la oposición nos está vendiendo otra arma envenenada: la Agenda 2030.
Como aspectos más graves que nos está vendiendo el Partido Popular de Murcia, desde su Gobierno Regional y Ayuntamientos son los derechos sexuales como algo que el Estado debe garantizar yendo contra los que piensen de manera discrepante al igual que la igualdad de géneros. De esta manera, se aspira a configurar una ética global, "un sentido común global" y tal sentido común es el campo que cada tradición ha ido perfilando de lo que tiene sentido decir o no decir, sentir o no sentir. En la Agenda 2030 existe una aspiración a un globalismo ético que conforme un nuevo momento civilizatorio. En una palabra: "olvidarnos de todo lo bueno y sensato que nos han dejado padres y abuelos, a las buenas tradiciones, culturas y maneras de expresar nuestra religiosidad.
Dejar fuera de la tierra a toda institución, en particular a las que tienen cuño cristiano es otra de las piezas principales. Ante ese neutralismo globalista de tal nefasta Agenda surge como una reacción hostil a la raigambre cristiana de nuestra tradición. La religión y la familia les plantea problemas, no soluciones: tener hijos, responsabilidad esponsal o generosidad en el matrimonio no forman parte de este nuevo sentido común, al igual que el hecho de que la educación pertenezca a los padres. Quien afirme hoy que los hijos pertenezcan a los padres está al borde del delirio y pronto del delito.
Claramente, D. Higinio nos lo ha dejado de dulce. Ahora, lo que me pregunto es si, necesitamos formarnos o, en su defecto, informarnos bien. Desde luego, el Gobierno Regional de Murcia no se ha dignado a hacerlo hacia sus paisanos. Todo lo que sea aprender a asociarnos, a crear círculos culturales y medios de comunicación con la idea de ofrecer información, visiones críticas, formación y espacios de socialización nos vendrá perfecto.
D. Higinio, y con razón, aduce que los cristianos españoles hemos dado poca importancia a la cultura y ello es un abandono de la tradición cristiana; es de una torpeza necia. Que los padres crean que la fe es un asunto de práctica y culto, que lo es, pero que no requiere formación e información hoy día es una gran irresponsabilidad.
Ante tal dilema, ante el circo que nos ha montado Pedro Sánchez y sus socios, lo normal es ir justo al lado contrario, pero he aquí que, frente a ellos, los hay de otra casta para no fiarse por lo que nos venden (Partido Popular). ¿Qué hacer para que Pedro Sánchez no vuelva a ganar, aunque me temo que algo tendrá en la recámara? La lógica y la sensatez que nos avalan nuestras conciencias es posible nos animen a ver qué otros partidos minoritarios tenemos a nuestro alrededor, qué gente de confianza son capaces de no ensuciarse las manos con estos silencios cómplices, qué nuevas buenas hierbas nacen con fortaleza en estos campos desérticos de la política. ¿Votar al mal menor? No está el horno para tales bollos. Aún estamos a tiempo.
Me quedo con una idea vista en la película The Monuments Men: "No estamos destinados a construir la gloria, a muchas personas no les importará para nada tal Agenda pero se equivocan, pues ello es por lo que luchamos y no tenga espacio en nuestras vidas. Pueden exterminar a toda una generación, derribar sus casas y aún así, muchos de nosotros, seríamos capaces de reacernos. Si la Agenda 2030 se hace hueco en nuestras ciudades, nuestra historia es como si no hubiese existido. Sería ceniza en el aire". Ni podemos permitirla y menos que nos la venda el Gobierno Regional de Murcia como auténtica "vitamina C" a toda su población
MARIANO GALIÁN TUDELA