Ha fallecido y como todo escritor pasará el famoso “purgatorio de los escritores”, ahora como casi con todos vendrán los recuerdos con matices, los semiolvidos con gradaciones.
No soy yo, quién va a juzgar a otra persona, ni siquiera a ningún escritor o pensador o pintor u hombre/mujer de la cultura-creación-autoría. Y, más en nuestro país o sociedad que es tan propenso a la crítica y la contracrítica, no sé si por eso, gusta tanto del toreo, más en otros tiempos, tanto del futbol, que es una confrontación con reglas de un grupo de personas en un campo contra otro grupo.
Indicaba que no voy a ser mi modesta pluma quién va a juzgar a una persona, ni siquiera su calidad literaria. En nuestro caso-escritor hay que señalar que se indica que publicó una cuarentena de libros, a él yo le oído decir, que había realizado cientos de entrevistas, hasta dónde sabemos realizó también cientos de conferencias, y, posiblemente, también miles de artículos/columnas periodísticas… Es mucha cantidad de material conceptual y perceptivo y sensitivo expresado con palabras, sean orales, sean escritas.
Eso es lo que interesa, que los allegados y familia, se pongan de acuerdo a crear una Fundación Literaria Sánchez Dragó, dónde se puedan recoger y recolectar todo el material producido, desde los programas televisivos realizados, de cultura y literatura, como en aquellos tiempos, programas informativos o de noticias –ya hace algunos lustros-, además de su importancia e influencia y materialización de sus ideas, en tertulias, programas de radio, etc.
Si uniésemos todo ese material, si se encontrase todo ese material antes que se pierda, supongo e imagino, que se formaría y se conformaría cientos o miles de horas de grabación en audio o video, o en ambas cosas. Decenas de miles de páginas escritas, en libros y artículos y conferencias… Es una riqueza cultural interpretativa enorme –se esté de acuerdo o en desacuerdo-. Entendiendo por cultural o cultura, en la definición antropológica, todo forma de pensar, sentir, hablar, desear o de no pensar, no sentir, no hablar…
No estoy de acuerdo totalmente conmigo mismo, miro ideas y pensamientos y actos que he realizado, quizás morales, pero pienso y opino que me equivoqué en aquella ocasión, y, después, ha tenido consecuencias impredecibles e imprevisibles, estamos hechos del tapiz, cada uno de nosotros y como colectivo, de la urdimbre de espacio y tiempo, de la alfombras de actos y no-actos, de pensamientos y no-pensamiento, de deseos y no-deseos, de circunstancias y situaciones. Y, eso nos ocurre a y en todos…
Sánchez Dragó, pienso que tenía una herida muy grande y muy grave. Una persona, que opino debió de ser más inteligente que la media, pero criarse sin padre, y además la realidad concreta de cómo falleció su padre y la adolescencia de su tiempo histórico. Pienso que durante toda la vida, un hombre inteligente y culto y cultivado como él, intentó tapar esa situación como pudo, sobrellevar y llevar esa herida, -aunque él, en una entrevista indicó que se enteró de las circunstancias del fallecimiento de su padre, ya siendo adulto, ya, en el momento que fue encarcelado por sus actividades políticas-.
Sánchez Dragó, se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con él, con su persona, en algunos aspectos, con sus actuaciones o con su vida, con sus declaraciones y sus oposiciones, como él indicaba a/en todo o a casi todo, se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con su literatura y sus ensayos y sus artículos y sus conferencias y todo lo demás. Pero no podemos negar que fue un hombre libre como pensador y libre como observador y libre como escritor –en bastante medida, porque ningún escritor es libre totalmente…-.
Me da lo mismo que un escribiente-polígrafo-escritor sea de un color ideológico o sea del otro. Recuerdo el axioma de la libertad de expresión, libertad de culto, libertad de rito, libertad de publicación… Libertades esenciales, que nos han permitido que Europa y Occidente lleguen a ser lo que ha llegado a ser. Porque es preferible que un escritor se equivoque, pero tenga libertad de expresión, que no se le permita redactar.
De las cosas buenas que la Reforma Luterana trajo fue la libertad de expresión, si alguien, podría y podía interpretar y leer La Biblia según su conciencia, también, ese principio se aplicaba al estudio de la Naturaleza, de la Sociedad, de los Hombres, del Poder y del Estado. El origen de la famosa Ilustración está en la Reforma Luterana, aunque posiblemente, Martín Lutero no pretendiese esa finalidad, ni como origen, ni como finalidad…
No me gustan las críticas acérrimas en vida de los criadores a/de cultura, ni las alabanzas y sinfonías radicales en vida o después de vida de ellos. Dios juzgará sus actos, se supone que en el catolicismo ya lo habrá hecho y se habrá presentado ante el Tribunal de Dios, ante el Juicio Particular, y, allí su labia y su inteligencia y su conciencia y autoconciencia le habrá expresado a Dios su parecer. Si es que existen estas realidades. Y, al final él mismo se habrá autojuzgado, ya sin engaños, ya sin mentiras, ya sin finalidades especiales o específicas…
Yo, aquí como escritor, aunque no estuviese de acuerdo con todas sus ideas, porque tampoco estoy con todas las que yo he tenido a lo largo de la vida. Yo, yo no juzgo al hombre, ni sus tendencias vivenciales de un tipo o de otro, ni sus planteamientos y evoluciones sociopolíticas, ni sus conceptos/frases/enunciados que parecían marcas de productos intelectuales, no juzgo nada de todo ello. Pero si indico que se merece, una Fundación Literaria Sánchez Dragó, que recoja todo ese material que una vida ha ido produciendo.
Pienso que lo merece. La cuestión es si se pondrán todas las fuerzas vivas y semivivas, económicas, sociales, culturales, académicas, políticas, familiares, con ese fin y esa finalidad. Me pregunto que hoy hay que honrar a un intelectual y escritor y creador de cultura y Cultura libre. Cosa que no se puede decir de todos los escribidores, pensadores, intelectuales, filósofos, artistas, etc. ¡Dios le haya dado la paz perpetua, o, al menos lo tenga en el purgatorio que es un paso previo para esa paz perpetua al Lado del Buen Dios…!