A un mes y medio de las elecciones del 28 M, sin que la Junta Electoral haya abierto la veda para campañas electorales existen buenos, finos y remilgados políticos que se las saben todas. Se da por sabido que cruzar la línea roja trae sus consecuencias, pero estar picoteándola o cercano a la misma, al menos te puedes llevar algún estirón de orejas que no contabas con ellas.
Este 2023, antes de Semana Santa, alguno ya sabía que no tenía todas las papeletas para hacerse con el susodicho bastón de mando y ello le ha sacado de quicio; una semana sin aparecer en los medios no era buen presagio, así es que hay que poner creatividad ante el desierto comunicativo. Ha bastado poco tiempo para hacerse con todas las corbatas de las diversas cofradías regionales, saber cuáles son las principales procesiones en las distintas comarcas, los balcones donde ser mirado, medios de comunicación advertidos y momento estelar para la foto buscada. Sin duda, a lo largo de siete días se ha conseguido. Hemos llegado por fin a la política del espectáculo pasional de la Semana Santa. Toda una sesión de fotos donde se vea que soy un auténtico juglar de las diversas emociones del pueblo murciano. Todo un artilugio conmovedor de Pasión, Muerte y Resurrección por las distintas "Vías Apias" de esta Región Murciana.
Sobre la política del espectáculo sabemos demasiado y el personal, más o menos, ya se las sabe todas, aunque al final el mundo emocional nos puede ganar la partida. Pronto vendrán las diversas participaciones en los programas televisivos como signo de cercanía, aunque el entretenimiento político no siempre nos favorecerá y, la reflexión serena sobre las medidas que se concretan las diversas promesas electorales. Se suele decir que la idea de librar las batallas electorales en estos escenarios tiene que ver con la nueva forma de hacer política, tanto en los medios comunicativos, como vistiéndose de huertano o llevando la cruz en la procesión de los Californios Cartageneros.
Tales programas, da la impresión que nos muestran el lado humano de los candidatos pero un efecto posible es que en la elección del candidato puede acabar pesando más su imagen que sus ideas. Cuando hablamos de personalización de las elecciones es posible que deseamos decir que lo más importante son "los rostros de las personas" y que la personalización llega a generalizarse desde el momento en que la política "en imágenes" se fundamenta en la exhibición de personas. Claramente, la preponderancia de lo visible sobre lo inteligible nos lleva a un ver sin entender. Algún amigo me sigue recordando la aparición de Bill Clinton en un show tocando el saxofón con gafas de sol, un año antes de ser elegido presidente de los Estados Unidos.
A la cultura de la imagen le interesa explotar los dimes y diretes candentes que agitan nuestras emociones, más aún cuando los españolitos medios están hasta las narices de unos y de otros y, vienen a encendernos nuestros sentimientos y excitan nuestros sentidos. En un país como España, no polarizado por las convicciones ideológicas sino por los caretos de los diversos políticos bien nos vendría escuchar y reflexionar qué dicen los nuevos; los viejos ya sabemos de más y es hora que pongan sus puestos en otros lugares lejanos, pues sus olores en nuestras pituitarias los tenemos más que conocidos. Llevamos más de 45 años en la Región de Murcia con rojos y azules, azules y rojos y, la verdad, de Madrid no se han traído ni un mísero albercoque aprobado en el Congreso de Diputados. Murcia, así, con tal política del "ahora tú y ahora yo" estamos más que pringaos. Ni una rosca en una cuarentena de años.
Es la hora de nuevas políticas con nuevas siglas nacionales que sin duda, algunas han salido desde nuestras tierras. Es la hora de apostar por nuevos partidos minoritarios, limpios, audaces, con sentido común y sacados adelante por nuestra propia ciudadanía y no por "posibles políticos" que han nacido en las secretarias de los partidos sin dar un palo al agua y sin saber lo que es trabajar.
MARIANO GALIÁN TUDELA
