Política y sociedad educativa

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Compromiso e integridad

Política y sociedad educativa

Antonio Fontán, Primer Presidente del Senado de la España Democrática y Santo Tomás Moro, Lord Canciller de Enrique VIII, el antes y el reciente, han pasado a la historia como verdaderos Humanistas Cristianos. Ambos ni olían a sacristías ni representaban desde sus órganos representativos a un grupo de personas desde sus líneas de pensamiento. Buscaban el bien para todos, fuesen quienes fuesen. Ambos fueron estadistas eminentemente prácticos y prudentes y, supieron mantener intacto el compromiso con sus convicciones e intactos su integridad, en momentos distintos de la historia, en el que la manera más cómoda y fácil de medrar ha sido la adulación y la hipocresía. Como ven, el hoy político sigue a las mismas carretas.

Tal vez con mayor razón que en otros pensadores, las soluciones políticas partieron del análisis detallado de la situación y descansaron en un prolijo y atento examen de los problemas sociales. Estamos ante inteligencias prácticas que diseccionaron los muchos o pocos conflictos y sus causas de donde surgió su compromiso político. Utopía, de Tomás Moro, se ha considerado un verdadero documento que refleja la situación de la sociedad inglesa del siglo XVI. Antonio Fontán, "Un héroe de la Libertad", tampoco se ha quedado atrás, aunque siglos después.

Las inquietudes por las manipulaciones y desigualdades, la pobreza, crueldades y la ineficacia penal, las que se vivieron tiempos atrás, en pleno siglo XXI las seguimos viendo pero mucho más afloradas. Si repasamos ambas carreras políticas es muy difícil encontrar políticos profesionales tan preparados, honestos y leales como estos "humildes servidores". Sin duda, fueron sus virtudes y cualidades humanas, y no el servilismo, las que valieron a ambos personajes para alcanzar cotas tan altas en estos terrenos a los que hoy, en 2023, no es fácil encontrar muchos. La prudencia y un atinado olfato fueron suficientes para defender los intereses de sus países, pero también arrojo y valentía cuando lo que estaba en juego eran sus creencias más íntimas. Nos situamos así no ante una posición acomodaticia entre los poderosos, sino una forma perspicaz de enfrentarse a la debilidad humana y combatir las servidumbres del poder y sus tentaciones.

Para Tomás Moro, hubiese sido fácil para todo un lord de su competencia intelectual desentenderse de la vida política y problemas de su tiempo. Por ello, su dedicación a la función pública y su confianza en la prudencia y en los cambios paulatinos han ilustrado magistralmente que la honestidad y la integridad no están reñidas con el ejercicio del poder político. En tal unidad de vida , San Juan Pablo II le nombraría patrono de los gobernantes y de los políticos. Mientras, Antonio Fontán, nos dejaría un legado en la política española fuera de lo común.

Si leemos sobre estos insignes personajes llama la atención sobre todo el caché humano de políticos invulnerables al soborno por respeto a su fidelidad en sus convicciones, una profunda honestidad y su extraordinario sentido de la lealtad. Pero no todo queda aquí.

Hoy, 20 de Enero, enterraremos en Murcia a D. José Luís Mendoza, otro más que ha sido ejemplo de honestidad y gallardía, luchador nato en sacar una Universidad plena de grandes profesionales, de grandes investigadores y ayuda continua al mundo del deporte. Lo mejor sin duda ha sido dejar a esposa e hijos un gran legado como padre, sin duda, lo más importante.

En pleno siglo XXI, sacar adelante una universidad privada y con 22000 alumnos aproximadamente no ha sido fácil. Su valentía por la lucha continua en los estudios alrededor del Humanismo Cristiano, su labor evangelizadora desde la Universidad y el acercamiento diario a profesorado y alumnado deja un historial que en la Región de Murcia, hasta le fecha, no habíamos visto ni soñado.

El legado que deja José Luis ya no solo es hoy de la Universidad Católica de San Antonio, al igual que un Antonio Fontán, un Tomás Moro o si lo desean, un Erasmo de Roterdam. Cada uno a su nivel ha dado lo mejor de sí y ha dejado su impronta que durará por tiempo. Ayer 19, pude estar con su viuda y sus hijos y, frente al cadáver del Presidente de la UCAM, convencido, sabía que estaba frente a un hombre que nació con una buena estrella en su frente. Su apuesta por llevar en la tierra a Cristo no solo ha quedado en los alrededores del municipio de Guadalupe sino más allá. San Francisco Javier, desde Navarra llegaría al Asía y José Luís, con su gran corazón, no se ha quedado atrás.

Otro de los grandes que, sin duda, junto a los anteriores, realizarán montajes en los cielos que ni nos lo imaginamos. Otro héroe más de la libertad, de la honestidad y lejano a la hipocresía ni a la adulación. Bien lo sabe la Comunidad Educativa a la que ayer pude ver alrededor de los Jerónimos donde la alegría y la tristeza era un todo de emociones. El tiempo hablará. DESCANSE EN PAZ.

MARIANO GALIÁN TUDELA

José Luis Mendoza, Foto 1
José Luis Mendoza
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