“Tráfico: Las navidades que no pudiste vivir”

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“Tráfico: Las navidades que no pudiste vivir”

Este es el lema de la campaña para evitar accidentes de tráfico de este año. ¿La cuestión es siempre la misma, cómo se podrían reducir los accidentes de tráfico… cómo? 

¿Qué podríamos inventar o diseñar o dilucidar o imaginar para que quizás medidas muy simples, de tipo real/actos y de tipo emocional/afectivo y de tipo conceptual fuesen medidas para reducir los accidentes de tráfico, y, por consecuencia, los fallecimientos, las minusvalías permanentes o temporales, los hijos que se quedan sin padre o madre, o los padres que en unos minutos se les informa que su hijo/a ha tenido un accidente mortal…? 

En estos últimos años, casi diez o diez, he redactado una treintena de artículos con esta misma pregunta, y, en estos dos lustros, he ido indicando conceptos e ideas y preguntas y actos posibles, que pienso podrían disminuir de realizarse o contemplarse, siempre que los expertos los ponderen y valoren y perfeccionen. De alrededor de varias decenas de ideas o medidas, muchas muy simples, por ejemplo, casco a los niños dentro de los vehículos, que pueden ser de diferente diseño. De todas esas ideas o conceptos, pienso que algunas podrían tener un recorrido práctico, y, disminuirán algunos accidentes de tráfico. 

También, indicaba, que exista un departamento en Tráfico, donde las personas, pudiesen enviar ideas y conceptos. Y, millones de conductores, quién sabe si a alguno de vez en cuando se le ocurriría algo. La industria avanzó hace dos siglos y pico, la revolución industrial, por muchos factores, pero uno cuándo se inventó el Registro de Propiedad Intelectual o Industrial. Aquí, solo serían sugerencias. Quizás, todas se publicarían. Pero quizás, las que se aceptasen para el estudio y la evaluación y la posible aplicación. Podría otorgársele a quién la haya hecho, dos puntos de plus para el carnet… 

Alrededor de mil personas han fallecido este año que termina en accidentes de tráfico, más todas las personas que les quedarán heridas o carencias o minusvalías durante toda su existencia, más el coste para las compañías de seguros, para el sistema sanitario, para la seguridad social, para las arcas públicas y privadas, más multitud de variables y funciones y ponderaciones en multitud de campos… 

Cualquier realidad humana, cualquier acto, no es simple, no tiene, por lo general, solo una causa o motivo o variable, sino varias, y, tiene y dispone de distintas consecuencias, no solo una… Por ejemplo, la tristeza y el temor y la angustia, en mayor o menor grado, que queda en las familias, para toda la vida.. Esa herida profunda, ese trauma en definitiva. Esa tristeza que puede permanecer, en esa familia, durante décadas, incluso cuando los hijos sean ancianos –aconsejaría, que los periodistas de investigación, la DGT, busquen a personas, que ya sean mayores, por ejemplo, mayores de setenta años, que perdiesen a su padre o madre o a su hermano en las carreteras o en accidentes de tráfico de cualquier tipo, hace cincuenta o sesenta años, y nos narren las consecuencias psicológicas y los recuerdos y el dolor que han llevado durante toda la vida…-. 

Por ejemplo, un niño que tuviese un accidente de tráfico, que fuese golpeado por un vehículo cuando era niño, aunque se curase, pudiese andar, esa realidad no tuviese graves consecuencias físicas. Puede haberle quedado heridas durante toda la vida. Quizás, no conducir en su vida, incluso teniendo carnet de conducir, incluso pudiendo disponer de vehículo, no hacerlo, hasta que llegase una ocasión, y motivo, este profesional, que no pudiesen tener otro remedio… Por lo tanto, pasarse veinticinco años de su vida, de adulto, con carnet sin conducir… Así, supongo que existirán más de un caso… 

Siguiendo el principio clásico, que no sirve ninguna filosofía que no intente curar algún mal humano. Me digo a mi mismo, no podría la DGT con los sistemas actuales teleinformáticas, a aquellas personas que hayan sufrido un accidente de tráfico, y, hayan sido los culpables, después, de la sentencia, enviarles de forma reiterativa, a su teléfono móvil y a su ordenador, a su receptor, normas y medidas para evitar errores de conducción. Para recordarle durante dos o tres años de después de la sentencia de dicho accidente, que hay que recordar y saber las normas de conducción, que hay que aplicarlas, consejos prácticos y teóricos, que existen consecuencias nefastas… 

En un accidente de tráfico existen varias variables, por tanto, varias causas y motivos y razones, que se pueden producir al mismo tiempo, y, es cuándo se produce un accidente de tráfico. O, simplemente solo una. Un error humano, de una parte de la ecuación. Millones de vehículos surgen de las madrigueras de cuevas dónde se guardan y al día, siguiente, empiezan a moverse por calles y carreteras… Con lo cual, es probable que cada día, exista una cantidad de accidentes, y dentro de ellos, algunos mortales, en distintos sentidos… 

¿Dicen, que uno de cada equis accidentes de tráfico, todavía no llevan las personas puestos los cinturones de seguridad? ¿Después de varias décadas de concienciación de dicha realidad, de que todos los vehículos lo lleven por ley, de recordar una vez y otra, qué sucede, qué nos sucede que tenemos la cabeza tan dura, para no cumplir universalmente con esta norma de sentido común y práctico y simple y sencilla…? 

¿Cómo una norma tan simple, que es simplemente, ponerse el cinturón de seguridad, no es absoluta y totalmente aplicada…? ¿Qué tenemos dentro de la cabeza, esta es la cuestión, y, esto es lo que refleja el tema de los accidentes de tráfico, entre otras muchas cosas…?  

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