A raíz de los acontecimientos ocurridos de un videoclip en la catedral de Toledo, se han llenado los medios de tertulias, columnas, comentarios, controversias e interpretaciones.
Me sugieren-indican-aconsejan algunas personas, que en los artículos que redacto, que me dedique más a interpretar la realidad cotidiana, tanto social o política o económica o cultural o rutinaria o consuetudinaria. Es una de las grandes fórmulas del columnismo mundial, con distintas perspectivas, se sea anglófilo o sea del sur del mediterráneo, especialmente, el hispánico, en el cual, el comentarista-articulista, proyecta ideas-conceptos-argumentos más subjetivos. Los artículos son un lago donde se combina la información-noticia-datos con la argumentación de hechos y razones, con la literatura y la estética, y con la subjetividad del escribiente.
Analizar-juzgar-comentar-argumentar este hecho, diríamos este acontecimiento que ha llenado las redes de comentarios, que se ha multiplicado la visión de esas imágenes en movimiento, video, en millones de visitas es difícil. Al menos para mí, porque juzgar es difícil, porque desconocemos multitud de datos-realidades. No podemos saber si los responsables de la catedral, suponemos que no, eran conscientes de lo que se iba a realizar y grabar en su recinto. Por otro lado, no conocemos si los realizadores de ese video, expresaron con claridad todos los términos de la grabación y del guión a los responsables de la catedral, y, estos últimos no fueron capaces de entender y comprender el guión-argumento primario y secundario, los distintos planos del texto de palabras y del visual-imágenes... No es mi intención juzgar-desjuzgar las buenas-regulares intenciones de todos los actores de este acontecimiento sociocultural artístico…
No conocemos las necesidades de las catedrales y sus museos, que en casi un año de cerramiento por la epidemia, tengo entendido que todas tienen dificultades económicas, porque al final, son enormes edificios con multitud de gastos y cargas de todo tipo. Y, quizás, los responsables de la catedral, con buena voluntad, pero sin conocimiento de la realidad cultural, pues pensaron, que podría ser una ayuda para salir adelante y cuadrar las cifras, además, hablaba de una conversión de un ateo, y también, quizás en su pensar-desear, creyeron que era una especie de síntesis o de intento de armonización, del eterno problema de razón y fe, en este caso de arte-artes y fe.
Quizás, y quizás, podrán existir docenas de causas-deseos-pasiones-motivos-intereses, que surgen de dentro y de fuera de las personas, quizás dos o tres o cinco, que hayan intervenido, esencialmente, en la dirección de este asunto-tema-acontecimiento, y, los demás, diríamos son “los actores en esa trama”, y, después, toda la sociedad, pues somos los comentaristas, los interpretadores, los dilucidadores, los que se quedan perplejos o están de acuerdo o en desacuerdo, incluido las autoridades máximas de ese obispado.
No caigamos en que David bailó delante del Tabernáculo, ni que las religiones desde eras, posiblemente prehistóricas, han ido pasando por lo que se ha denominado “danza profética”, ni tampoco, por ciertos bailes-danzas, que en las grandes naves-arquitecturas de templos y catedrales, durante siglos se han realizado en honor de la fiesta o del patrón o de la Eucaristía, por ejemplo, “el seisillo”. No confundamos términos y formas y contenidos adrede, para intentar argumentar en una dirección o en otra. Seamos honestos en nuestras intenciones, aunque no podamos ser en nuestros conceptos.
Se habla del diálogo de la cultura religiosa cristiana con el resto de materializaciones culturales del hoy y del ahora. Pero olvidamos, que es el Talmud, sino un intento de armonizar razón y fe, por parte del judaísmo. Que es la Summa Theológica de Tomás de Aquino, que tiene la misma finalidad, es decir, armonizar, en la medida de lo posible, el enorme problema de razón y fe. Qué es la historia del cristianismo en uno de sus puntos esenciales, intentar armonizar-equilibrar-ponderar la fe con la razón, la razón de cada época, al principio, con la razón judía y con la razón grecorromana o helenística, después, con todo lo que la historia en todos sus avatares ha ido proporcionando. Es diríamos, la esencialidad de la pastoral del cristianismo, cómo expresar la fe esencial en los cauces-botellas del momento presente.
Ahora el cristiano, titubeante y dubitativo, porque sabe, que no puede perder lo esencial de su mensaje, pero sabe, como todos los siglos, que tiene que intentar armonizar y equilibrar el problema de razón y fe, que ahora sería ciencia y fe, filosofía y fe, arte-estética y fe…
Puede que este acontecimiento de la Catedral de Toledo, pueda servir, de aldabonazo-campana-diapasón que las Autoridades Eclesiásticas, sean conscientes, que deben realizar un esfuerzo mucho más profundo y esencial, para intentar, como ya han proclamado en varias Cartas a los Artistas, la síntesis más profunda entre razón y fe, entre arte-artes y fe. Cosa que es lo que ha hecho durante siglos. Pero quizás, esta asignatura-tren la tienen un poco más olvidada-dejada. Quizás, porque ya no tienen tantos medios, como cuándo podían encargar a Miguel Ángel y Rafael y, otras docenas y cientos de artistas, grandes composiciones artísticas en todos los géneros, según los estilos del momento…
Quizás, este acontecimiento pueda servir, para que todos, dentro y fuera del cristianismo, sean conscientes, de la enorme necesidad de analizar arte por arte, e intentar, buscar los modos de “expresar el cristianismo en esos medios y modos y géneros y estilos y tendencias de hoy y de ayer…”. Podrían tener en sus museos provinciales eclesiásticos, multitud de pinturas y arte plástico, con tendencias de hoy, pero que respetasen los grandes fundamentos del cristianismo, por ejemplo…