Las compañías que nos dan la electricidad, perdón, que la cobran, han llegado al máximo de la extorsión al ciudadano de pie. Este gran negocio, para empresas y políticos, golpea mortalmente la economía familiar. 

Miedo a encender el aire acondicionado, la lavadora, la televisión... Y cuando algo o alguien daña al pueblo soberano, la solución es que ese algo sea propiedad de los ciudadanos. Sea nacionalizado. Porque no olvidemos que el poder está en los ciudadanos.. Los políticos son unos gestores, y también muchos unos corruptos. 

Ni siquiera el PSOE ve con buen ojos obligar a la eléctricas a establecer unos precios lógicos. Y esto es porque muchos de ellos, como Felipe González, José María Aznar y otros falsos mesías entran en los consejos de administración con sueldos millonarios. A esos aspiran también los actuales dirigentes, incluido Pedro Sánchez. 

Por eso marean la perdiz. Esta democracia está tan mal construida y es tan injusta que da vergüenza llamarla así, democracia. 

Pero como decía el otro día, mientras sigamos en casa sin salir a la calle, a protestar un día si y otro también, seremos perdedores. No olvidemos a los bancos, cometiendo delitos de usura de forma continuada, otros ladrones que no devuelven los miles de millones que les hemos prestado. 

Usted y yo ya habríamos sido desahuciados por la Justicia tuerta que tenemos. Mierda de país.