Señor presidente del Gobierno de Portugal
Me complace enormemente darle las gracias, en nombre la Unión Romaní Española, así como en el de la UNION ROMANI INTERNACIONAL cuya vicepresidencia ostento, por sus clarificadoras palabras pronunciadas en la Asamblea Nacional de Portugal en defensa de los ciudadanos y ciudadanas gitanos de su país.
En estos momentos, señor presidente, en que los 14 millones de gitanos que vivimos en el planeta estamos siendo atacados por racistas de todo pelaje que aprovechan los momentos de especial dramatismo que vivimos, a causa del virud-19, para descargar su odio contra nosotros, su testimonio nos reconforta y nos da ánimos para seguir luchando por mantener nuestra dignidad. “Hace siglos ―dijo usted días pasados― que los gitanos son tan portugueses como nosotros”.
Bien sabemos que en su país hay núcleos de población gitana que lo están pasando especialmente mal, no solo porque la enfermedad les ha atacado con mayor intensidad sino, como reconoció su Secretaria de Estado de Integración y Migración, Claudia Pereira, porque “algunas de estas comunidades viven en lugares sin condiciones, en tiendas de campaña y campamentos donde algunos no tienen acceso a agua potable”.
Nos gustaría que su ejemplo cundiera por el resto de los Estados que integran la Unión Europea. Sus palabras y su testimonio los vamos a difundir por todas partes porque no se nos ha olvidado lo que hace no mucho tiempo dijo en Lisboa Dezideriu Gergely, un ilustre gitano que ha ocupado importantes cargos en instituciones públicas europeas, así como el de Secretario de Estado del Gobierno de Rumanía: “en muchos países, la situación de las comunidades gitanas, en lugar de mejorar, va de mal en peor porque se ha intentado convertir al pueblo romaní en chivo expiatorio de una serie de problemas sociales, mediante un mecanismo en que los gitanos son generalmente culpados de estos problemas y, lo que es más peligroso, es que esta idea ha ido tomando cuerpo en la opinión pública."
Usted, señor presidente, es un hombre valiente
Lo sabemos porque lo ha demostrado a lo largo de su vida política, tanto cuantas veces ha sido ministro del Gobierno portugués, como durante su etapa de alcalde de Lisboa. Los españoles le agradecemos que, hace tan solo unos días, usted saltara en defensa de nuestro país contra lo expresado por el ministro de finanzas holandés, Wopke Hoekstra, que nos recriminaba no tener margen presupuestario para enfrentar la crisis del coronavirus. Usted dijo que sus palabras eran “repugnantes” y que pedir que Bruselas sometiera a España a una investigación era producto de su “absoluta inconsciencia”. ¡Bien!
Por eso nos ha gustado mucho lo que el otro día le dijo usted en la Asamblea de la República al diputado Andre Ventura que quería encerrarnos: “Usted, señor diputado, lo que ha obtenido ha sido una gran respuesta de un campeón nacional y un gran jugador de nuestra selección”. Sabemos que usted se refería al futbolista internacional portugués, Ricardo Quaresma, que es gitano y juega en el Kasimpasa de Turquía.
El futbolista calificó las palabras del diputado como “populismo racista que pretende enfrentar a unos hombres contra otros”. Sepa, señor presidente, que, en este mes de mayo, celebra el mundo libre la derrota definitiva del nazismo. Medio millón de gitanos y gitanas entregaron sus vidas bajo las botas asesinas de quienes nos consideraban inferiores. Por eso nos aterra pensar que todavía hoy haya quien piense igual que los genocidas nazis y que incluso, algunos presidentes de gobiernos europeos, guarden silencio, o alienten a los más violentos que pretenden eliminarnos.
Sus palabras, señor presidente del gobierno portugués, así como su comportamiento, nos consuelan y nos animan en la lucha. Ojalá sirvan de ejemplo. Le damos las gracias en nombre de toda la gente de buena voluntad, en nuestro idioma universal:
Sastipen thaj Mestipen (Salud y libertad)
Te aves baxtaló (Que sea feliz) Tradicional saludo de los gitanos europeos
Juan de Dios Ramírez-Heredia, Abogado y periodista