Las festividades patronales de los pueblos y ciudades son motivo de alegría, encuentros, celebraciones gastronómicas, arrastrar a los amigos, compañeros de trabajo e incluso a los foráneos a un sentimiento de amistad y tradición donde la fraternidad y el buen ambiente nos invaden, nos llena de satisfacciones humanas y nos motiva. La identidad totanera está barnizada con aromas de romerías, música, olor a monte e incienso, al calor de un fuego devocional, mantellina, volteo de campanas, a una gastronomía clara y tradicional donde lo prioritario es compartir lo nuestro con los demás valores que representan la identidad de un pueblo que se erige bajo los cimientos eulalienses a lo largo de su historia.
Cada diciembre desde hace muchos siglos los habitantes de estas tierras sienten el tintineo de una llamada eulaliense y santiaguista donde brotan del corazón sentimientos y vibraciones que transmiten responsabilidad, valores y compromiso tradicional. Conserva Totana costumbres y tradiciones siendo una de sus más arraigadas las fiestas patronales de Santa Eulalia de Mérida, nuestra patrona. Las circunstancias de esta pandemia nos limitan la posibilidad de realizar nuestras entrañables romerías, de dar cumplimiento a una tradición que desde 1777 venimos celebrando. Esta situación nos tiene que invitar a la necesidad de valorar lo nuestro, lo cercano lo que conocemos y nos abriga de manera segura, sin duda el mejor pegamento de unión entre todos los totaneros es el patrocino de Santa Eulalia, lo que representa para todos. Muchas veces no valoramos lo que tenemos cerca, lo que hace que vibren los corazones al ritmo de un palpitar que se viene celebrando de manera puntual desde siempre.
Estas fiestas de 2020 son circunstancialmente complejas para todos, hay que tener claro que esta situación es transitoria y puntual saliendo fortalecidos para afrontar los retos de futuro que nos demanda la sociedad.
Las romerías son el reflejo claro de como la sociedad totanera ha ido, en cada contexto social, enriqueciendo la tradición y la forma de celebrar las conmemoraciones eulalienses. Como sabéis los festejos patronales se celebraban primitivamente en el Santuario, las inclemencias del tiempo sumado a otras adversidades dieron origen a motivar a las autoridades religiosas y civiles a tomar la decisión de trasladar la imagen de Santa Eulalia hasta nuestra ciudad para celebrar las funciones festivas y religiosas en un ambiente mas cercano y asequibles para todos los vecinos de la localidad. Esa decisión desencadenó otras, el recibimiento en el paraje del Rulo, el traslado desde la Ermita de San Roque a la parroquia de Santiago, la procesión solemne, el novenario, la serenata, la ofrenda floral, la romería de regreso al Santuario y todos los actos y cultos que conocemos y nos identifican con estas fechas tan entrañables.
Tenemos que ser conscientes de la gran responsabilidad que estamos llamados en este tiempo. La actitud de cada uno de nosotros ante esta pandemia global debe ser de una moral de victoria, tener una mirada neutra para avanzar hacia una normalidad completa y recuperación de la actividad social. Este escenario se debe aprovechar para traer valores nuevos a nuestra sociedad, las fiestas de la Santa son una valía segura para nuestra sociedad y referente en muchos lugares de nuestra geografía española.
La esencia de las romerías está en los corazones de los totaneros, de los vecinos que por circunstancias están lejos estos días y están vinculados al fuego de lo que nos une a todos, de cada uno de los devotos de la Mártir de Cristo. Seamos capaces de abonar esa particularidad con actitudes de compromiso con los demás, la solidaridad de Totana está acreditada con las Instituciones caritativas. Las Cáritas parroquiales son un ejemplo de presencia de Santa Eulalia en los más desfavorecidos de la sociedad.
Estoy convencido que la fortaleza de la familia eulaliense es amplia y fuerte para armarse de paciencia ante esta situación confusa y global. Estamos llamados a ensanchar el legado de nuestros antecesores, un bagaje fuerte que nos invita a manifestar la posición de una ciudad ante tiempos de complejidad y dificulta. Este diciembre será más insensible y frío para todos que el calor de la presencia de la imagen de nuestra invicta patrona en la parroquia de Santiago caliente los corazones de Totana y llene de júbilo estas fechas tan entrañables para todos.
Francisco José Miras Martínez. Mayordomo de la Santa
