Pequeños, medianos o grandes. No ha importado, todos gigantes por igual. Luchando la misma batalla, intentando ganar la guerra definitiva contra la crisis sanitaria, en la que de momento no atisbamos el fin.
En esta pandemia los ayuntamientos hemos tenido la sensación de ser, el vigía sin telescopio, el marinero sin capitán, el barco sin timón. El superviviente en su isla. Muchas veces, lo hemos afrontado SOLOS.
Pero solos también hemos logrado cruzar la barrera de coral, con el aliento de nuestros vecinos y vecinas, con la fuerza de los integrantes de esta emergencia impulsándonos, con un solo objetivo en el horizonte, llegar a la orilla. Y hemos llegado, llevando con nosotros víveres para los más necesitados, mascarillas, Epi´s, voluntarios con la solidaridad por bandera, el compromiso ilimitado de trabajadores municipales, las ganas de sobrevivir a un virus que lo está cambiando todo.
Que nos ha robado vidas. Pero también los abrazos, los besos, las risas al descubierto, que nos ha silenciado suspiros. Ha cambiado nuestros planes, nuestras prioridades, nos ha hecho más vulnerables.
Pero nosotros nos hemos rearmado demostrando la fuerza del municipalismo. Porque en nuestra isla hemos gobernado con poca ayuda, a pesar de haber escrito S.O.S en la arena en muchas ocasiones.
Nuestras reivindicaciones a otras administraciones han sido claras, NECESITAMOS FINANCIACIÓN. Para mitigar las consecuencias de esta dura crisis sanitaria, social y económica, que se sigue llevando vidas cada día, y que aunque intentemos frenar los contagios aplicando los protocolos, con nuestros propios recursos por cierto, dejando de lado servicios que también son necesarios, siempre parece ser insuficiente. Pero la mirada está puesta en nosotros. ¿Por qué?
Porque sí, porque siempre ha sido así, porque somos los que abrimos cuando se llama a nuestra puerta, respondemos a la llamada de auxilio del vecino, porque nos preocupamos por conocer lo que necesitan, porque cada uno de los alcaldes y alcaldesas dejaron de contar las horas al frente de esta batalla en sus municipios el 14 de marzo. Porque somos la administración más cercana al ciudadano. Porque siempre será así.
¿Y ahora qué?
Ahora toca continuar luchando, para no perder empleos, par no perder educación, derechos en sanidad. El papel de los ayuntamientos ha sido fundamental, y sigue siendo en esta segunda ola. Como administración de primera línea nos hemos volcado con sus ciudadanos, más allá de las competencias, en algunos casos, y poniendo todos los recursos humanos y financieros de los que disponemos.
Desde la FMRM hemos intentado mantener durante la crisis nuestro objetivo de coordinación, y colaboración, no siempre bien entendido, pero siempre siendo leales, sin perder el objetivo neutral de defender los derechos de la administración pública local. Y ahora es el turno para el entendimiento. Más allá de la administración a la que pertenecemos, más allá del color político de cada uno, más allá de nosotros mismos. Nuestro reto es nuestra obligación, defender y servir a toda la ciudadanía.
Defendemos el papel de las entidades locales como clave para culminar con éxitos los procesos de reconstrucción y reactivación social y económica de nuestros municipios. Hemos abierto reuniones y debates con la “sociedad civil”, lanzamos un documento de líneas generales para la reactivación, y participado en el documento de la CARM de reactivación.
Y para ello hemos reivindicado la necesidad de recursos económicos para acometer nuestros servicios y el reconocimiento a los ayuntamientos.
Mi aplauso también es para ellos. Para todos los ayuntamientos que representamos desde la FMRM. Y para sus recursos HUMANOS. Y para los comerciantes, hosteleros, empresarios, personal sanitario de los centros de salud, cuidadores de los centros de mayores, abuelos y abuelas, maestros, profesores. Para las PERSONAS. Todas. Las personas que hacen GIGANTE cada municipio.
María Dolores Muñoz
Presidenta de la Federación de Municipios de la Región de Murcia y alcaldesa de Bullas.
