La ciudadanía de la Región concede importancia a la participación, pero aún es escéptica sobre su eficacia

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La Cátedra Abierta para la Innovación y la Participación de la UMU y la UPCT realiza el primer estudio sobre esta materia

La ciudadanía de la Región concede importancia a la participación, pero aún es escéptica sobre su eficacia

La ciudadanía murciana concede mucha importancia a la participación ciudadana como un derecho y una fórmula para mejorar su entorno, pero todavía no la ha integrado como una herramienta eficaz para sus intereses. Esta es una de las conclusiones generales que ofrece el I Estudio sobre la Participación Ciudadana en la Región de Murcia, elaborado por la Cátedra Abierta para la Innovación y la Participación de las Universidades de Murcia y Politécnica de Cartagena, en colaboración con el Ayuntamiento de Molina de Segura, impulsor de la cátedra. El rector de la Universidad de Murcia, José Luján, y el rector de la Universidad Politécnica de Cartagena, Mathieu Kessler, han presidido el acto de presentación de los resultados, que ha tenido lugar en la Convalecencia, sede del Rectorado de la UMU, y que también ha contado con la asistencia de Antonio Martínez, concejal de Participación del Ayuntamiento de Molina de Segura; así como de la profesora Pilar Ortiz, codirectora de la Cátedra Abierta Interuniversitaria para la Innovación y la Participación, y de Esther Clavero, profesora del Departamento de Sociología de la Universidad de Murcia; ambas autoras del estudio.

Los datos de este estudio se han obtenido tras la realización de una encuesta con una muestra de 600 personas de toda la Región entre los meses de noviembre y diciembre de 2023. Los resultados, con una probabilidad del 95,5%, indican que la ciudadanía de la Región de Murcia considera que las tres áreas más importantes para poner en práctica políticas de participación ciudadana son la sanidad (29,6%), seguida de la educación (20,8%) y los servicios sociales (11%).

La ciudadanía otorga una gran importancia a la posibilidad de participar en la gestión de los asuntos públicos de las cuestiones que les afectan; sin embargo, en la práctica, los datos muestran que todavía está lejos de hacer efectiva esa participación. Uno de los ejemplos es que el nivel de asociacionismo es muy bajo en la Región; 16% en mujeres y un 19% en hombres.

Una de las conclusiones de las investigadoras es que en la ciudadanía predomina el escepticismo con respecto a los resultados de su participación; lo que, unido al argumento de la falta de tiempo para asociarse, "hacen pensar que todavía queda bastante por avanzar en la extensión de la participación ciudadana", ha afirmado Pilar Ortiz.

Prueba de el trabajo que queda por hacer es que la encuesta deja constancia de que el 80% de las personas desconoce lo que son los presupuestos participativos, una herramienta de participación ciudadana que se ha implementado en diversos municipios de la Región.

Entre las conclusiones del estudio también indican que el concepto de participación ciudadana es todo aquello que concierne a las actuaciones que mejoran el barrio o el municipio, seguido de quienes apuestan por la participación como la organización de la ciudadanía en la defensa de temas generales como la ecología o el feminismo y, señalando, por último, todo aquello que tiene que ver con la participación política y electoral. Del mismo modo, en general, las personas entrevistadas sitúan la participación ciudadana más allá de la estructura de la democracia representativa y del derecho electoral, existiendo diferencias de género sobre la percepción de la participación. Mientras las mujeres tienden a asociar este concepto con modelos de participación más distantes de las formas tradicionales, los hombres lo vinculan en su mayoría a los procesos clásicos del sistema político.

El nivel educativo determina diferencias significativas respecto al conocimiento de los mecanismos de participación ciudadana. Así, la educación emerge como una barrera notable en los procesos participativos, aumentando la vulnerabilidad de sectores de la población con menor formación; es decir, a menor formación, menor participación ciudadana. De hecho, 78% de quienes no se implican en profesos formativos no tiene estudios.

Otra de las variables que ha medido la encuesta es la percepción de la importancia de la participación en grupos de población según su ubicación ideológica. En este sentido, las personas que se ubican a sí mismos en los extremos del espectro político, tanto a la izquierda como a la derecha, son los que consideran que más hay que facilitar que la población participe y debata las grandes decisiones; quienes se consideran de centro- izquierda consideran que la mejor forma es elegir a representantes políticos que deberán tomar las decisiones; y quienes se ubican en el centro derecha consideran que lo más apropiado es que las decisiones sean tomadas personal técnico y especialista.

Tanto el rector de la UMU, José Luján, como el de la UPCT, han destacado la importancia de que las universidades investiguen sobre la participación ciudadana para poder avanzar y mejorar en esta área. Luján ha señalado que "este primer estudio es importante porque si no conocemos bien la participación, no la clasificamos y no entendemos cómo la perciben los ciudadanos, difícilmente podremos conseguir que avance".

El estudio completo podrá consultarse en la web de la cátedra.

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