El alcalde, José Ballesta, realiza una visita técnica al nuevo laboratorio de análisis de aguas residuales y de control de vertidos de la red de saneamiento de Aguas de Murcia, equipado con los últimos avances tecnológicos para dotar al municipio de capacidad analítica ante las nuevas regulaciones en reutilización de aguas

Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, el alcalde de Murcia, José Ballesta, ha visitado hoy el nuevo laboratorio de control de procesos de aguas residuales con el que cuenta la estación depuradora Murcia-Este, acompañado por el concejal de Planificación Urbanística, Huerta y Medio Ambiente, Antonio Navarro, y la directora de Aguas de Murcia, Inmaculada Serrano.

Este nuevo laboratorio, que garantizará el cumplimiento de todos los parámetros nacionales e internacionales en calidad del agua y control de la red de saneamiento, es una instalación especializada, que se encarga de realizar pruebas y análisis físicos, químicos y microbiológicos a las aguas residuales provenientes del control de vertidos a empresas, así como el control de proceso de las 16 depuradoras que gestiona Aguas de Murcia.  

Su principal objetivo es determinar la composición y características de las aguas residuales del municipio, con el fin de evaluar su calidad y grado de contaminación, para minimizar así el impacto ambiental.

"Este laboratorio central es el auténtico corazón y el núcleo desde el cual se realizan los controles de calidad de todas las aguas residuales del municipio de Murcia, también de todos los residuos que pasan por estas estaciones de depuración en todos los ámbitos, tanto físico como químico y microbiológico", ha explicado el alcalde.

"Esto dota a la empresa municipal Aguas de Murcia de una altísima calidad en el control de todos los elementos que se reciclan en esta planta, como en las 16 depuradoras que se controlan desde aquí. También dota de independencia, autonomía y rapidez a la empresa a la hora de realizar estos controles, que en muchos casos había que contratar externamente. A partir de este momento, la empresa es autónoma, flexible e independiente y rápida a la hora de tomar decisiones. No basta con quedarse en el análisis, porque lo importante es cuando no da parámetros positivos, que haya un protocolo inmediato de corrección del problema que exista", ha indicado Ballesta.

Parámetros físicos, químicos y microbiológicos

La instalación está equipada con instrumentos analíticos de última generación y tecnología punta, que permiten realizar análisis de parámetros físicos (turbidez, color, olor, temperatura), químicos (PH, demanda de oxígeno, nutrientes, metales pesados) y microbiológicos (detección de patógenos, coliformes fecales,...).

Actualmente, analiza al año casi 18.000 muestras, determinando un total de 67.000 parámetros, entre ellos 47.216 de muestras de agua y 18.528 de muestras de fango.

Es el único laboratorio que cuenta con un respirómetro para el control biológico de las plantas depuradoras. Este instrumento permite evaluar la actividad metabólica de los lodos, determinar la demanda bioquímica de oxígeno, evaluar la toxicidad de las aguas residuales y optimizar el proceso de depuración.

A su vez, el laboratorio tiene un espectómetro de emisión atómica de plasma por acoplamiento inductivo, el cual ofrece distintas ventajas como el análisis de múltiples elementos químicos presentes en las aguas residuales, con mayor sensibilidad, precisión y rapidez. Además, permite un monitoreo en tiempo real, agilizando la toma de decisiones, y la identificación de las fuentes de contaminación.

Por otro lado, la depuradora dispone de un analizador elemental de mercurio para muestras sólidas y líquidas, que no necesita preparación de muestras.

La estación Murcia Este es una depuradora de referencia a nivel regional, no solo por ser la más grande (125.000 metros cuadrados) ni la que mayor caudal diario de agua trata (100.000 metros cúbicos), sino por su tecnología y proyectos desarrollados en torno a la circularidad.

En esta estación, la segunda vida del agua se hace realidad, y los residuos generados (fangos, biogás, etc) se convierten en recursos, como energía o abono agrícola, constituyendo toda una biofactoría.