El Ayuntamiento de Murcia, a través de la Concejalía de Desarrollo Urbano y Ciudad Inteligente, ha puesto en marcha esta semana la campaña de tratamiento biológico en jacarandas y tipuanas en la ciudad de Murcia y pedanías.
La principal novedad de la campaña de este año es que se ha aumentado en un 10% el número de ejemplares sobre los que se actuará, alcanzando un total de 2.130.
El tratamiento consiste en colocar en las ramas de estos árboles unas cajas que contienen en su interior una ‘crisopa o insecto, que no es dañino ni para el ejemplar ni para las personas, y que se encargará de combatir al pulgón que puede afectar a este tipo de ejemplares.
De esta forma, este año se colocarán 55.000 crisopas y 20.000 aphidius que se repartirán en los más de 2.000 ejemplares en sus correspondientes cajas de la siguiente forma: una caja de crisopa en cada árbol y una caja de aphidius cada tres ejemplares.
"La naturaleza es la que mejor controla y equilibra el ciclo biológico. Es una técnica totalmente respetuosa con el medio ambiente y que se realiza en esta época por la idoneidad de las temperaturas. Tratamos de mantener los árboles en perfectas condiciones garantizando la seguridad de los vecinos, consiguiendo que nuestros parques y jardines puedan ser disfrutados por todas las familias que los visitan cada día como lugar de encuentro y de reunión", explica el concejal José Guillén.
Entre los lugares donde se va a actuar se encuentran Alquerías, Beniaján, El Palmar, Puente Tocinos, Santiago y Zaraiche, San José de la Vega, Torreagüera, La Flota, El Carmen, Vistalegre, Santa María de Gracia, San Antolín, San Antón, San José de la Vega, Santiago El Mayor o El Ranero, entre otros.
Los efectos nocivos del pulgón son, entre otros, chupar la savia de los árboles, transmitirles enfermedades víricas y provocar suciedad en las aceras, coches y mobiliario urbano, debido a la resina que suelta el árbol infectado.
Por ello, el novedoso sistema colocará un insecto llamado crisopa que se alimenta de pulgones junto con otro insecto, una avispa de 3 o 4 milímetros, que ayudarán a eliminar al pulgón.
Las crisopas verdes son depredadores generalistas y sus hábitats suelen ser las cosechas, el campo y los jardines. Son insectos delicados con una envergadura de alas de entre 6 y 65 milímetros, aunque los especímenes más grandes solo se desarrollan en las regiones tropicales.
Tienen el cuerpo blando, cuatro alas transparentes que contienen una red de finas venas, ojos dorados y cuerpos verdosos. Suelen realizar sus desplazamientos por la noche y se las puede ver cuando son atraídas por alguna luz.
Se pueden dividir en dos categorías según sus hábitos alimenticios, ya que unas son depredadoras y otras únicamente se alimentan de melaza, néctar y polen.
La larva también es conocida como ‘león de los áfidos' por la voracidad con la que los devora. Aparte de áfidos, en su menú también se incluye cualquier plaga de cuerpo blando que pueda cazar como las cochinillas de los cítricos y la algodonosa, ácaros, trips, orugas, huevos de insectos, etc.
Durante las 2-3 semanas que se encuentra en este estado puede llegar a devorar hasta 200 víctimas a la semana.
El ataque de este insecto se reconoce fácilmente por la presencia de la típica borra algodonosa blanca que envuelve yemas y brotes nuevos, en el interior del cual se desarrolla el insecto (se trata de un insecto picador-chupador).