No tiene sentido levantar ahora las aceras frente a la Cárcel Vieja o el carril bici en Pío Baroja cuando se terminaron hace muy pocos meses.
Sorprende también que se repinten ahora las plazas de aparcamiento en la calle Mayor de Espinardo cuando las mismas van a desaparecer según el proyecto del Ayuntamiento de Murcia.
El Ayuntamiento vuelve a demostrar la improvisación de unas obras frente a las que han firmado ya casi 20.000 murcianos.
Las obras de movilidad siguen despertando la indignación vecinal. A la indignación por la ausencia de participación, la falta de información, la pérdida de más de 2.000 aparcamientos y la reducción de las grandes avenidas, se une ahora el enfado por el hecho de levantar obras terminadas hace pocos meses.
Los vecinos se han visto sorprendidos al conocer que las aceras frente a la Cárcel Vieja, inauguradas hace pocos más de 6 meses, se volverán a levantar ahora con las obras de movilidad que tiene planeadas el Ayuntamiento.
La misma suerte corre el carril bici de Pío Baroja inaugurado el pasado verano y que ahora vuelve a levantarse para rehacerlo.
Estas obras son una muestra de la improvisación con la que se están llevando a cabo estos proyectos y suponen un vergonzoso derroche de fondos públicos, al obligar a los murcianos a pagar dos veces una obra por la falta de previsión municipal.
No se trata de algo aislado, ya que anoche se estaban repintando también las plazas de aparcamiento de la calle Mayor de Espinardo pese a que las obras de movilidad amenazan con eliminarlas en las próximas semanas.
El rechazo a las obras de movilidad se ve reflejado también en el hecho de que centenares de comercios hayan mostrado con cartelería su apoyo a la manifestación del próximo domingo, uniendo así sus escaparates a las voces de los miles de murcianos que han firmado ya contra las obras.
Por ello, desde Murcia Centro Vivo piden sentido común y la suspensión de las obras, a fin de poder consensuar las mismas con vecinos y comerciantes para diseñar entre todos la ciudad que queremos y evitar que dentro de pocos meses haya que volver a levantar lo que, con tanta oposición vecinal, se está haciendo ahora.