Queridas compañeras, queridos compañeros del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Murcia: 

Esta es posiblemente una de las cartas más difíciles que he tenido que escribir hasta la fecha. Si hay algo que nos cuesta a los seres humanos es decir adiós. Despedirnos de lo que ha sido nuestro día a día es muy complicado porque implica que ya nada volverá a ser como antes. Toca volver a empezar desde el principio, y eso asusta.

En nuestro mundo, en la representación estudiantil, esa sensación se amplifica. Le dedicamos tanto tiempo a un trabajo no remunerado, difícil, exigente y que además, en muchas ocasiones, es muy desagradecido. Tanto que descuidamos otras partes de nuestra vida. En ese proceso se nos olvida que la representación estudiantil no nos define, que no conoce de nombres y que toda sensación de euforia que sintamos al ver una medida cumplida va a ser completamente efímera. Nadie se va a acordar de nosotros y eso está bien. Es por ello por lo que es importante que sepamos que llegado un momento debemos saber decir adiós. Es importante que sepamos cuándo nuestra partida ha terminado y debemos marcharnos. Porque así debe ser. Porque este proyecto debe estar por encima de nombres y de egos. Porque lo estamos haciendo tan bien en la representación estudiantil que podemos irnos felices y satisfechos, porque siempre dejamos grandes legados.

Cuando en 2021 se aprueba la reforma de Estatutos del Consejo de Estudiantes se establece que el mandato de la Presidencia será de dos años con una moción de confianza al haber cumplido un año. Este diciembre debía convocar un pleno. Debíamos haber hecho un ejercicio de rendición de cuentas de este año cursado y un plan de trabajo para el próximo curso. Sin embargo, tras un largo periodo de reflexión y creyendo firmemente que mi programa se ha cumplido de la mejor manera que podía, hoy tomo la decisión de presentar mi dimisión y en consecuencia no renovar mi mandato para el próximo curso 2022/2023. Para mí, mi mandato ha finalizado y por ello entiendo que es mi momento de decir adiós y dejar que nuevas personas tomen el relevo.

Me voy muy feliz porque sé que hemos hecho todo lo que hemos podido hacer con las cartas que hemos tenido. Cuando entré con mi equipo a jugar esta partida sabíamos que las reglas estaban a punto de cambiar, que las nuevas elecciones a Rector y la situación social (aunque no sabíamos todo lo que vendría a continuación) iban a cambiarlo todo y que posiblemente el juego al que nos apuntamos no sería en el que nos encontraríamos al acabar. No sé si lo habremos hecho bien o mal. No sé si lo habré hecho bien o mal. Lo que si tengo claro es que lo que he hecho ha sido siempre pensando en lo que creía que iba a ser mejor para el estudiantado. He puesto todo mi esfuerzo, trabajo y tiempo en dar, al  menos, un paso que nos acercase a la meta que queremos.

Me habré equivocado muchas veces. Estoy segura de que no habré sido suficiente para algunos en determinadas situaciones. Pero sí os puedo asegurar que todo lo que he hecho ha sido real. No ha habido dobles intenciones o intereses ocultos. Os hice la promesa de tender puentes, de escucharnos y de trabajar de la mano para construir la universidad que nos merecemos, porque creía que esta era la única forma de avanzar. Os prometí un “Todo por el estudiantado” y os puedo asegurar que, aunque a veces ha sido dificil, esa promesa me ha acompañado durante estos 328 días que he estado acompañándoos como Presidenta.

Para mí, estar con vosotros ha sido todo un regalo. Los que han estado conmigo durante todos estos meses saben que nunca me he arrepentido de la decisión que tomé el pasado diciembre al presentar mi candidatura. Pero sobre todo, ha sido un absoluto regalo compartir estos meses con ellos. Un sueño que sueñas solo es solo un sueño. Pero un sueño que sueñas con mucha gente es una realidad y Mariajo, Andúgar, MJ, Guille, María y Alberto habéis sido mi realidad. Habéis sido mi presente y sin lugar a duda habéis creado un precedente para el futuro de esta Universidad y siempre tendréis un espacio muy especial en mi futuro. Hay mucho, muchísimo trabajo invisible en ser Junta Directiva del CEUM. Hay muchas horas invertidas en reuniones frustradas. Hay muchas injusticias que han tenido que gestionarse por el bien del CEUM. Hay muchas, muchas dificultades en este cargo de gestión. Pero sobre todo ha habido muchísimo amor, cariño e ilusión. Os puedo asegurar que da igual cuantísimo sepas de representación estudiantil, porque mientras que no pongas todo tu corazón en lo que estás haciendo no va a salir. Y vosotros habéis sido todo corazón, habéis convertido al CEUM en una familia y solo por eso siempre seréis para mí la mejor Junta Directiva que el CEUM puede tener.

Así es que sí, habiendo dicho todo esto, os presento mi carta de despedida. No es un hasta siempre, es un hasta luego. Es esperar de corazón que todo os vaya muy bien. Que sepáis cogeros de la mano, que os olvidéis del pasado, porque aunque a veces duela, es solo eso, pasado. Él os ha marcado, os ha hecho ser quienes sois ahora, pero no tiene porqué definir quienes vais a ser en el futuro. Coger todo lo bueno que tiene el pasado para hacer vuestro el presente y mejorar el futuro. Lo importante nunca es el tiempo, es lo que somos capaces de hacer con él. Y el CEUM siempre ha sido excepcional en hacer grandes cambios con muy poquito.

Mucha suerte y acierto. Siempre podréis contar conmigo. Gracias por todo, siempre os estaré agradecida por haber confiado en mi para ser vuestra Presidenta. Espero no haberos decepcionado.

Con todo mi amor,
Eva Garcés de Los Fayos López