El Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España vuelve a defender su condición de sanitario y denuncia la usurpación de su papel por parte de "pseudoprofesionales"
El comienzo de un nuevo año supone, en muchos casos, la puesta en marcha de proyectos y la toma en conciencia de los principales objetivos para los 365 días siguientes. En el caso del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE) lamentablemente, una de las principales denuncias no cambia: el intrusismo profesional continúa campando a sus anchas y los fisioterapeutas colegiados vuelven a alzar su voz contra la que consideran una de las grandes “lacras” de su sector.
Las sentencias condenatorias aparecen a cuentagotas y no están, en absoluto, en concordancia, con la cantidad de denuncias que se siguen presentado. Sin ir más lejos, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid tramitó en 2018 más de 100 denuncias por intrusismo y malas prácticas profesionales y las sanciones fueron mínimas. El motivo, según apunta José Casaña, decano del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunitat Valenciana y secretario general del CGCFE, está en que “desgraciadamente, aunque los colegios en cada Comunidad Autónoma hacen grandes esfuerzos tanto administrativos como económicos para hacer frente a este problema, la Justicia no facilita mucho las cosas, ya que en la mayoría de los casos debe haber un damnificado para que se tenga en cuenta y prospere la denuncia y no siempre es así”.
Casaña recuerda que “podemos compartir ciertas técnicas con estos pseudoprofesionales, pero cuando estas se emplean con fines curativos, los únicos que puede ejercer esa función en España somos nosotros, como profesionales sanitarios competentes que somos”, y lamenta que “en la mayoría de los casos tenemos conocimiento de estas malas prácticas cuando el daño ya se ha producido. Evitarlos es, para nosotros, una tarea ardua y muy difícil, ya que no tenemos un respaldo jurídico que nos ayude frente a esta lacra”.
Porque es así, como una lacra, como definen en el CGCFE el intrusismo profesional que sufre la fisioterapia y que no desciende pese a la incesante actividad de los Colegios y del propio Consejo. “Mediante acciones educativas dirigidas a la sociedad”, comenta José Casaña, “el Consejo intenta dar a conocer los peligros, las deficiencias y las malas praxis que pueden llegar a realizar estos pseudoprofesionales, así como, en la otra cara de la moneda, los beneficios reales de las buenas prácticas. Además, apoyamos a los diferentes Colegios con asesoramiento y coordinación con los servicios jurídicos de cada uno de ellos”.
Todo encaminado a conseguir terminar con un tremendo problema, el del intrusismo profesional en el mundo de la fisioterapia, que no repercute tanto en los profesionales colegiados, sino que actúa contra toda la ciudadanía en su conjunto “haciendo creer a la sociedad que estos pseudoprofesionales tienen las mismas competencias que los colegiados y eso no puede ser. El mayor daño que hace es un daño a la ciudadanía completa”.